Jueces sin toga, pero necesarios

Mayte Rodríguez
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A los jueces de paz no se les exigen conocimientos en leyes, solo que sean personas conciliadoras y razonables para poder mediar entre sus convencinos

Santiago Gutiérrez, juez de paz de Cantiveros. - Foto: M.L. Huerta

Hace apenas un mes que Gloria García tomó posesión como jueza de paz de Peguerinos, aunque tiene experiencia en el cargo porque durante los últimos «dos años» ya lo ha ejercido. «Yo era la sustituta, pero como no había juez de paz  titular, he sido yo quien ha realizado las funciones», explica esta ama de casa de 45 años que reside en el anejo de Hoya de la Guija, donde echa una mano a su marido y a su hijo en la carnicería que regenta el primero y en la explotación ganadera del segundo. Ella, como el resto de los 244 jueces de paz de la provincia,  es una vecina más, a la que no se le exige ni conocimientos en leyes ni ninguna titulación o formación jurídica, simplemente ser una persona razonable y conciliadora. No en vano, «como dice la propia palabra», la principal misión que los jueces de paz tienen encomendadas es ejercer de mediadores cuando surjan conflictos entre vecinos, habitualmente fruto de «disputas y enemistades», apunta Gloria.
Aunque es lo que más le disgusta, después de «catorce o quince años» como juez de paz de Fontiveros, Jesús Báñez ya ha celebrado unos cuantos jucios de conciliación, en los que además de él suele estar presente el secretario judicial, las dos partes y sus respectivos abogados. «Cuando hay un choque de intereses entre dos vecinos, normalmente por cuestiones de viviendas o de tierras, y lo ponen en conocimiento del juzgado,  se me informa del problema para que trate de resolverlo aquí llegando a un acuerdo entre los dos vecinos, aunque yo no dicto sentencia», detalla Jesús. «Es como un juicio normal, pero yo actúo como intermediario, trato de facilitar el acuerdo y, cuando se alteran y dan voces, pongon orden», añade. En los dos últimos juicios de este tipo que él ha celebrado como juez de paz de Fontiveros «se ha llegado a un acuerdo», pero cuando no lo hay  el caso se deriva a los juzgados ordinarios para que sea un juez de instrucción el que se pronuncie. De este modo, «se evita que los pequeños  pleitos acaben en los juzgados», subraya Jesús.

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Jesús Bañez, es juez de paz en Fontiveros.
Jesús Bañez, es juez de paz en Fontiveros. - Foto: M.L. Huerta
Gloria García, es jueza de paz de Peguerinos.
Gloria García, es jueza de paz de Peguerinos. - Foto: J.M. Mateos

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