Candeleda y la cercana localidad extremeña de Madrigal de la Vera no sólo comparten límites geográficos sino también un cauce fluvial que tanto a un lado como a otro se convierte en época estival en lugar de baño elegido por centenares de bañistas. Se trata de la garganta Alardos, que comparten tanto la localidad abulense como la cacereña y cuya conservación fue objeto esta semana del encuentro mantenido entre el alcalde de Candeleda, Miguel Ángel Hernández Alcojor, y su homólogo extremeño, Luis Carlos Ferreiro Fernández.

El encuentro, celebrado este miércoles y al que también asistieron  los  primeros   tenientes de alcalde José Julio Tiemblo Pérez y Carlos Montesino Garro, de Madrigal y Candeleda, respectivamente, tenía el objetivo de «coordinar actuaciones para preservar el medio ambiente» en torno a la garganta Alardos,  a la vez que para abordar la situación que se produce  en los meses de verano cuando  la afluencia de público a la garganta, tanto en su parte abulense como cacereña, es «masiva» en algunos momentos, surgiendo «una necesidad urgente de ordenar este flujo de visitantes con el fin de hacer compatible el uso recreativo de las zonas de baño con la conservación del medio ambiente».

Destacan desde el Ayuntamiento de Candeleda que la gran afluencia de visitantes que durante el verano recibe este espacio natural conlleva un incremento de coches en la zona, a la vez que de basuras, lo que hace «necesario coordinar las ordenanzas municipales tanto de Candeleda como de Madrigal de la Vera».

También se trataron en este encuentro temas referentes al abastecimiento de agua de Madrigal y El Raso, y la necesidad de abordar conjuntamente con la Confederación Hidrográfica del Tajo diversos temas de interés para ambos municipios. Ambos alcaldes acordaron mantener contactos periódicos y solicitar una reunión con la CHT próximamente, así como «coordinar otras posibles actuaciones en materia de turismo, junto con otros municipios de la zona».