'Medea', en versión de Tadzio Teatro, emociona por su carga dramática

María Jesús Carrera
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El teatro clásico de Eurípides impactó al público con su retrato de las pasiones humanas

Una escena de "Medea" en el teatro Lagasca de El Barco de Ávila. - Foto: M. J. Carrera

Ana Lomas,  directora de Tadzio Teatro, resalta en su versión  de la Medea griega un sentimiento común a todas las épocas: el deseo de venganza ante la traición del ser amado. Llevado este deseo hasta sus más trágicas consecuencias,  Medea, establece con sus acciones un pacto perverso con los peores instintos de la humanidad, si bien su esposo Jasón no es en absoluto ajeno a la locura de esta mujer.  Por él, mató a su hermano, robó a su padre y fue desterrada de su país para ser extranjera en todas las naciones.

Despechada por la boda que su marido se dispone a celebrar con otra mujer, con la que obtendrá  patria, riqueza y  poder, aún a costa de volver a desterrar a la que ya nada posee, trama ésta una desesperada venganza que acaba con la vida de la novia y de su padre, el rey Creonte. Pero no contenta con el sufrimiento que inflige  a  Jasón con estas muertes violentas, lo condena a pasar el resto de su vida lamentando su decisión de traicionarla.  Aquella que fue capaz de los actos más atroces para obtener el amor de un hombre, al sentirse traicionada por éste, lo despoja de su más preciado bien: sus propios hijos.

Montse García ha sobrecogido al público barcense  con la fuerza imprimida a su  interpretación de  Medea. El resto del elenco lo forma Roberto Carretero, como El extranjero, Nieves Jiménez como La Nodriza y Miguel Alberto Cano es Creonte. Los pequeños actores Brunela Yébenes y Sergio Martínez, que dan vida a los hijos de Jasón y Medea, ponen la nota de ternura en una puesta en escena muy original.