Patricia y Mario abandonaron Madrid hace tres años para empezar una nueva vida en Muñico. Lo hicieron junto a su pequeño hijo Nicolás, que hoy tiene seis años y es uno de los alumnos que permiten que el CRA La Sierra siga abierto. Ella, pedagoga, comenzará a trabajar en breve, mientras que él se dedica a la artesanía del cuero. Pero no son los únicos que en los últimos años han apostado por la «calidad del vida» que ofrecen los pueblos, y en este caso los pertenecientes a la comarca de la Sierra de Ávila, ya que, como ellos, también Nuria decidió hace dos años abandonar la capital del país por el lugar de donde era oriunda su familia. Hoy vive en Cillán y también ha apostado por la artesanía, confeccionado bisutería y otros objetos con cuero, hilos o ganchillo. Su hija comparte pupitre con Nicolás.
La historia de Rosa, que esta primavera puso en marcha un negocio de jabones artesanos que comercializa bajo el nombre de Gabina Natural, es muy parecida. También ella, a raíz de la crisis, decidió cambiar Madrid por Chamartín. Lo hizo en 2009 y junto a su hijo, hoy ya adolescente, que vende orgulloso las bondades de los jabones de leche de cabra, miel, pepino o laurel que elabora su madre.
Todos ellos, y otros como el joven Antonio, que tras estudiar jardinería cambió Villalba por Cillán, donde lleva algún tiempo dedicado a la elaboración de centros de flores secas, participaron en la I Feria Agroalimentaria y Artesana que este sábado acogió el municipio de Cillán. Una feria que, al margen de servir de escaparate para los distintos artesanos y productores y de favorecer el desarrollo de intercambios comerciales, tenía una intención reivindicativa, por cuanto que pretendía «generar un espacio de encuentro a partir del cual trabajar en el futuro de la comarca de la Sierra de Ávila», una zona de la provincia especialmente castigada por la despoblación, tal y como lamentaba el alcalde de Cillán, José Martín, pero que sin embargo tiene «un gran potencial».
I Feria Agroalimentaria de Cillán. - Foto: Antonio Bartolomé Esta feria, en la que participaron 25 artesanos y productores, es la primera acción de un Plan de Dinamización programado desde el Ayuntamiento de Cillán, que persigue el desarrollo del conjunto de los pueblos de esta zona de la provincia de Ávila. «Es un plan vivo y abierto» que, entre otras cosas, tiene como finalidad la identificación y búsqueda de nichos de empleo que ocupen «fundamentalmente a jóvenes y mujeres», así como «el desarrollo de actividades que repercutan en una mejor calidad de vida de los mayores que viven en estos municipios».
Además de los distintos expositores, la feria también invitaba a reflexionar sobre el futuro de los pueblos, animando a los presentes a plasmar sus reflexiones en unos murales. «Un país que olvida a sus pueblos está pronto a morir» o «el mejor sitio para que nuestros hijos crezcan disfrutando de la naturaleza», eran sólo algunos de los mensajes escritos por los asistentes, a los que por compartir sus pensamientos se entregaba una chapa con la leyenda ‘Orgullosos de ser rural’. Chapa que también portaban pequeños como Pablo o Carlos mientras intentaban representar en un dibujo lo que para ellos supone ser de pueblo. Sol, montañas, ríos, vacas, paz y árboles dando forma a imágenes paradisiacas y dichosas... Así ven ellos los pueblos de la Sierra de Ávila y así es como quieren que los vean los demás.