La animada apertura del mercado transforma Ávila en villa medieval

M. Espeso. Ávila
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Juglares, malabaristas, zancudos, músicos y comediantes dieron la bievenida a los primeros visitantes con alegres pasacalles que contagiaron el espíritu medieval en la inauguración del Mercado de las Tres Culturas, en liza hasta el domingo.

Primer día de las Jornadas Medievales. - Foto: Antonio Bartolomé

«Buenos días Ávila, ahora sí que sí, hay chanza y hay danza, empieza la fiesta». Así, pasadas las doce del mediodía, y desde lo alto de un carro ambientado para la ocasión, un juglar que nos era conocido hacía su entrada en el Mercado Chico poniendo el arranque oficial al Mercado Medieval de Ávila, y ya van dieciséis. Vagabundeando con arte, tal y como bien promete el programa, y en medio de una nube de cámaras y móviles, músicos, malabaristas y actores, los Cómicos de la Legua, protagonizaron la animada apertura del Mercado de las Tres Culturas, el núcleo central de las Jornadas Medievales, para contagiar a la ciudad, a los abulenses y a sus visitantes, de ese espíritu tan único como esperado. A buen seguro que ese ambiente ya no desaparecerá hasta el domingo por la noche.

Con los artistas de las gaitas y los tambores que tampoco nos eran ajenos abriendo la comitiva, la compañía de juglares llevó la alegría a las calles del mercado, ya a pleno rendimiento con sus casi  230 variados puestos. Derrochó alegría y arrancó unas cuantas sonrisas con su peculiar sentido del humor y su puesta en escena, haciendo de las suyas, involucrando al público en el espectáculo y también provocando la vergüenza en más de uno. Peticiones de matrimonio, con ramo incluido, solicitudes de «un ‘chatico’ de vino, que el gaznate está seco», sugerencias de estilismo, «por si me afeito el bigote», decía la doncella, y hasta el robo momentáneo del carrito del niño.... estaba claro que la emblemática y más esperada cita del año para muchos, esa que logra monopolizar la vida de la ciudad por tres días, ya estaba en marcha. Valió la pena la espera, y este año de una semana más.

Con todo, estos cómicos tan gamberros y bailarines no fueron los primeros en atraer todas las miradas. Un pasacalles de apertura sorprendía, media hora antes, a los visitantes que decidieron vivir los primeros momentos, seguramente para evitar las aglomeraciones de las tardes. Bufones, malabaristas, zancudos, bailarinas moras bailando al ritmo árabe, una especie de hada plateada, un arlequín y un guerrero sobre zancos con cara de pocos amigos, todo ello ambientado con silbidos y tambores, ponían la primera nota de color, y con ella de diversión.

Primer día de las Jornadas Medievales.Primer día de las Jornadas Medievales. - Foto: Antonio Bartolomé Tan bien caracterizados como siempre, en vestimenta y maquillaje, y sin parar de moverse y gesticular, las cámaras echaban chispas en la plaza de la Catedral, Reyes Católicos o el Mercado Chico. Allí una de las comediantes armaba un buen jaleo cuando pedía a gritos que la gente llorara... y el público tan feliz. Y es que el aburrimiento no entra en los planes del Mercado, este año marcado por la nueva decoración, que luce la marca de Ávila, más animación, con más de 70 actividades entre los tres días, y la reducción de presupuesto.

Un total de 227 puestos (de ellos 70 abulenses), algunos menos que en los años anteriores, ayudaron a recrear ese viaje en el tiempo al Medievo, también con alguna novedad, como la instalación de aseos públicos, la llegada al Grande de un mercado medieval portugués y, derivado de ello, la previsión de cortes «más intensos» de tráfico en la calle San Segundo.

Con el Mercado de las Tres Culturas ya listo desde primera hora, la mañana se fue animando con el paso de las horas, aunque todavía sin demasiados atavíos medievales entre los visitantes. Ya se sabe, todo se andará. Sí se vieron, como siempre, en la piel de los comerciantes y artesanos que tomaron el casco histórico abulense. El barrio judío, en Reyes Católicos, con los oficios del pastoreo, el escribano, el platero y el espadero; el zoco árabe, con sus jaimas, en la plaza Pedro Dávila; los mercaderes cristianos en el Chico, la plaza de la Catedral y en la plaza del Teniente Arévalo; el campamento militar y el rincón infantil, como siempre en los Jardines de San Vicente... todos ellos conviven ya con los taberneros que, ya sean de puestos medievales o de las barras de los bares de Ávila, vuelven a ofrecer comida y bebida como la parada obligada para el buen yantar.

Este viernes se ha inaugurado las XVI Jornadas Medievales de Ávila.Este viernes se ha inaugurado las XVI Jornadas Medievales de Ávila. - Foto: Antonio Bartolomé Y no se crean que los dos pasacalles matutinos fueron las únicas citas del día, ni mucho menos. El Mercado Medieval ofrece de todo y para todos, ya sea en las actividades que nutren el programa oficial como en los propios puestos, una tentación en toda regla desde la alegría del mediodía hasta la magia que aporta la noche. Complementos de todo tipo, jabones, especias, adornos, malabares, muñecos, monedas de la suerte, juegos infantiles, magia, artesanía en madera, gominolas, quesos.... curiosear entre las propuestas es cita obligada, como también asistir a alguna de las representaciones de las leyendas de la ciudad a cargo de los grupos locales Escabel y Nueva Escena.

Cetrería, saltimbankis de sambi y hasta un torneo de armas y peleas de especialistas animaron la vida de la primera jornada, a la que también se sumaron nuevos pasacalles y sorpresas. Que siga la fiesta.

Este viernes se ha inaugurado las XVI Jornadas Medievales de Ávila.
Este viernes se ha inaugurado las XVI Jornadas Medievales de Ávila. - Foto: Antonio Bartolomé
Recomendación. Una fiesta para la qye desde el Plan Municipal de Emergencias se recomienda no utilizar sillitas de niños o carritos de bebé para visitar el mercado por las aglomeraciones de público.