«Es el equipo que se puede y se ha querido tener». Así resumía David Rueda, responsable de la parcela deportiva del Real Ávila, el proceso de renovación de una plantilla con la que nunca se han negado a intentar repetir los éxitos del año pasado pero con la que se empieza a dejar claro que competir con los grandes de la categoría «no es sencillo».
Pocos se explican aún los motivos por los que un vestuario capaz de ser subcampeón del Grupo VIII de Tercera División y disputar al máximo nivel unos playoffs en los que se llegó hasta la segunda ronda con opciones de pasar a la final hasta el último momento pudo cambiar tan radicalmente en pretemporada. Y es que apenas cinco jugadores (Chiqui, José María, Javi, Josito y Vicente) han seguido en una plantilla de la que han salido jugadores con un potencial como Trujillo, Cabezudo, Gustavo, Pito, Peña, Emilio, Toño o Piru, entre otros. Una decisión que, junto con los malos resultados, están en la base del distanciamiento con la afición.
«Fue una decisión consensuada y analizada que responde a la política que queremos desde el club» quiso dejar claro David Rueda tras una pretemporada en la que «nos fijamos unos objetivos deportivos, criterios personales –que los jugadores encajen en el proyecto– y económicos» para determinar la continuidad de los jugadores que formaron el anterior equipo. Unos u otros criterios llevaron a la renovación de apenas cinco jugadores buscando un equipo joven «para que crezca en el club» a medio y largo plazo.
Por eso José Luis Diezma, técnico del Real Ávila, pidió rehuir de comparaciones con el año pasado. «Es habitual que la gente quiera pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero debemos esperar más tiempo para valorar, porque salvo algunas personas, toda la plantilla ha cambiado».
Una plantilla con la que no se quieren buscar resultados a corto plazo. «Para eso habríamos hecho otro equipo» señala Diezma , que tiene claro que «no podemos competir –aunque se insiste en la idea de que se quiere– con equipos que tiene delanteros de 2.000 y 3.000 euros. Ellos sí están obligados a buscar un puesto entre los primeros. Nosotros vamos a competir desde otra visión, con gente joven».