• El atleta abulense, junto con Rotary Club Ávila, ha conseguido los fondos suficientes –2.500 euros– para ayudar a la familia de la niña discapacitada abulense.
Objetivo conseguido, en lo deportivo y en lo personal. Arturo Mancebo cumplió con su reto. El atleta abulense no sólo hizo realidad uno de sus sueños, correr la Maratón de Nueva York, y con notable éxito, sino que logró el reto que se había marcado en este viaje: la recaudación de fondos para ayudar a la familia de una niña discapacitada abulense, Ainhoa, a adquirir una silla adaptada. Una silla para la que la familia, que ya contaba con una buena parte del montante gracias a la recogida de tapones de plástico, necesitaba unos 2.500 euros para poderla conseguir. Una cantidad finalmente alcanzada gracias a la solidaridad de los abulenses y que ha permitido que la silla ya se encuentre de camino hacia Ávila. «La hemos podido encargar hoy –por el lunes– y esperamos que en 15 días la puedan tener». Así lo reconocía Teodoro Hernández, presidente de Rotary Club Ávila, que ha colaborado con el atleta abulense en esta iniciativa a través de una campaña –Una silla para Ainhoa– de recogida de fondos mediante su web, cartelería «y el boca a boca, que lo ha hecho todo mucho más fácil».
Un reto en el que Arturo Mancebo se embarcaba hace poco más de un mes cuando, decidido a correr el Maratón de Nueva York, le propusieron colaborar en este objetivo solidario. «Estoy muy contento de haber podido ser el altavoz de este reto», reconocía el abulense, que se confesaba «doblemente satisfecho». Así lo aseguraba a La Jornada de La 8 aún desde el mismo Nueva York.
Cerca de 50.000 atletas se dieron cita en elMaratón de Nueva York, una carrera en la que Arturo Mancebo ocupó el puesto 133. Con un tiempo de 2h.43’12’’, era el tercer mejor español –el primero fue Chema Martínez y el segundo Óscar Martín– en una carrera que se adjudicó el keniata Geoffrey Mutai con un tiempo de 2h.08’24’’. «No se puede estar más contento» señalaba el abulense recuperando fuerzas tras el esfuerzo de una carrera marcada por el fuerte viento. «Tras la salida vi que el viento la iba a hacer complicada. Al principio formé grupeta con un grupo de atletas, pero no aguantaron el ritmo y me quedé solo».Fueron sus peores momentos. «Pasé un mal rato en una avenida muy larga.No tenía ningún grupo de atletas cerca para refugiarme, pero en cuanto entramos en el Bronx –kilómetro 35– fue más sencillo» relata de una carrera que reconoce que le ha impresionado. «La salida es espectacular, impresionante, y durante la carrera el apoyo y la presencia del público es espectacular. No hay nada comparable.Quizás la San Silvestre Vallecana por el ambiente que se vive» señala Arturo Mancebo que, gracias a la camiseta de su club, el Club Suanzes de San Blas, era reconocido por los muchos aficionados españoles que encontró durante el recorrido.
Un recorrido y una prueba marcada por la seguridad después de los atentados acontecidos en 2012 en el Maratón de Boston. «Pasas medidas de seguridad de todo tipo, dos controles, perros, debes llevarlo todo en unas bolsas transparentes que te da la organización, pero me parece normal» señala un atleta que, apenas ha terminado una prueba, ya piensa en la siguiente. «Ahora toca pensar en la temporada de cross». Por lo pronto no regresará hasta el sábado a España. Y lo hará sabiendo que, en su caso, el sueño americano se ha cumplido.