Aunque la de Ávila «no es una provincia especialmente conflictiva» en materia de convivencia, también en colegios e institutos abulenses se producen situaciones de acoso escolar. Solo durante el curso pasado, «43 situaciones se estudiaron como posibles acosos», según reveló este jueves el director provincial de Educación, Santiago Rodríguez, quien advirtió que «ninguna acabó concretándose, lo que no quiere decir que no haya situaciones conflictivas entre los alumnos».
Precisamente para detectar y atajar cuanto antes el acoso escolar, especialmente en los institutos de Educación Secundaria, la Consejería de Educación dispone de un «programa informático» a través del cual «cada centro tiene que registrar actuaciones en este sentido» que se produzcan, que son analizadas mediante «23 parámetros diferentes», explicó. Así, en el primer trimestre del presente curso se han computado en Ávila «doce estudios de posibles acosos», en cuatro de los cuales «los padres» de los alumnos afectados decidieron denunciarlo ante los tribunales de Justicia, subrayó el director provincial de Educación.
Para que un caso pueda ser catalogado como ‘buying’ «tiene que ser reiterado» en el tiempo, de modo que «día tras día» un alumno «esté vejando» a otro hasta el punto de que «esté anulando la personalidad» del acosado, explicó Rodríguez. No obstante, antes de que esta situación llegue a producirse los centros educativos deben intervenir haciendo uso de diferentes herramientas, entre ellas la llamada mediación entre iguales, a la que este jueves se dedicó una jornada organizada por la Junta de Castilla y León a través de la Consejería de Educación.
En esta iniciativa participaron 89 alumnos de segundo, tercero y cuarto de ESO en 17 institutos y tres centros educativos concertados de Ávila y su provincia, acompañados por veinte profesores que a su vez ejercen el papel de coordinador de convivencia en sus respectivos centros. A lo largo de esta jornada se formó a los estudiantes que van a formar «el equipo de mediación en sus centros durante los tres años» que permanecerán como alumnos de Secundaria en los mismos, indicó Esther Varela, asesora técnico-docente. «Son alumnos con capacidad de liderazgo entre los compañeros de clase y habilidades sociales para solucionar los problemas que surjan entre los compañeros» a los que, a través de iniciativas como ésta, «se forma en estrategias de mediación» y «en escucha activa para que sean capaces de ayudar a resolver el conflicto» que pueda surgir entre dos compañeros, añadió. «En ningún caso el alumno mediador enjuicia, simplemente ayuda en la resolución» del problema, destacó la asesora técnico-docente.
LEA LA NOTICIA AMPLIADA EN LA EDICIÓN IMPRESA