Tragedia en la carretera. Al menos nueve personas perdieron la vida ayer y otras 22 resultaron heridas de diversa consideración al salirse de la vía un autobús de línea, que cubría el trayecto Serranillos-Ávila, en la localidad abulense de Tornadizo, en la bajada del puerto de La Paramera.
El chófer del vehículo, de 54 años y que llevaba conduciendo autocares algo más de dos años y medio después de haber trabajado anteriormente con camiones, fue arrestado y pasó a disposición judicial en el marco de la investigación para esclarecer por qué se salió de la vía, según anunció el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. No obstante, tras oír su declaración, la jueza encargada del caso decretó la libertad provisional, comunicada y sin fianza, del conductor. Como medida cautelar, la magistrada le prohibió conducir vehículos de motor mientras dure la tramitación de la causa y tiene la obligación de comparecer en el Juzgado los días 1 y 15 de cada mes.
Paralelamente, los investigadores analizaron la velocidad y el tacógrafo para comprobar si se había rebasado el límite establecido y las horas de conducción, con resultado negativo. No obstante, algunos testigos del accidente aseguraron que el vehículo circulaba «demasiado rápido».
El trágico siniestro se produjo sobre las 8,40 horas cuando el autobús, con 16 años de antigüedad y con todos los permisos en regla, aunque carecía de cinturones de seguridad para los viajeros porque no era obligatorio debido a su año de fabricación, se salió de la vía en el kilómetro 123 de la N-403, a la altura de la citada localidad por causas que se desconocen.
A consecuencia del impacto perdieron la vida al menos nueve de los viajeros con edades comprendidas entre los 33 y los 79 años. Cuatro de ellos eran vecinos de Ávila, mientras que el resto procedían de los municipios abulenses de Navaluenga, Navalosa, San Juan de la Nava, Navarredondilla y de la localidad madrileña de Arganda del Rey. Según confirmó el delegado del Gobierno, Ramiro Ruiz Medrano, que tildó la jornada de «dramática para Ávila y para Castilla y León», confirmó que la mayoría de los fallecidos viajaban en la parte derecha del vehículo.
Otras 22 personas resultaron heridas, por lo que fueron trasladados hasta el hospital de Ávila y a otros centros de salud, mientras que una niña, de seis años, fue evacuada en helicóptero hasta el Clínico de Salamanca, donde permanece ingresada en la UCI en estado grave. Al cierre de esta edición, 10 ocupantes del autobús siniestrado aún permanecían hospitalizados, siete de ellos en el Hospital de Ávila, y tres en el de Salamanca, según el último parte remitido por la Junta.
Mientras, la Junta de Castilla y León, en colaboración con Cruz Roja, habilitó el pabellón Carlos Sastre de la capital para atender los familiares de los fallecidos. Un equipo de 15 psicólogos fue puesto a disposición de los allegados de las víctimas mortales.
Por su parte, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, anunció la aprobación de tres días de luto oficial en la Comunidad debido a este accidente. La decisión se adoptó como testimonio «del dolor» de la región ante la pérdida de vidas humanas en el «grave» siniestro.
Funeral conjunto. Sobre el funeral conjunto que el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, se ofreció a oficiar en la Catedral abulense, el líder regional señaló que ese acto aún no está confirmado debido a que las víctimas proceden de distintas localidades, por lo que deberán ser las familias quienes decidan.
Por su parte, el subsecretario de Estado de Interior, Luis Aguilera, explicó que el accidente se produjo en una curva ancha con visibilidad y en un tramo que, en principio, no era peligroso para una salida de la vía.
Un trágico lunes negro para Castilla y León que aún sigue conmocionada por la muerte de esas nueve personas en la carretera.