LA que hoy el contamos es una historia de amor. Amor con mayúsculas. Pero también amor con ‘h’, la ‘h’ de hermano: un amor fraterno e incondicional que si siempre traspasa fronteras, en las casas de Manu, Cuqui y Marisa se desborda en cada habitación.
Ellos son los hermanos de Javier, de Willy y de José Manuel, tres chicos con algún tipo de discapacidad que encuentran en sus hermanos la pieza del puzzle que hace que todo tenga sentido y en la que se apoyan en todo momento.
Se entienden sólo con una mirada y la vida de unos no tendría sentido sin la presencia de los otros. Y nos referimos a las dos direcciones, porque, si por ejemplo Willy siente adoración por su hermana Cuqui, las palabras de ella sobre el pequeño de la casa sólo destilan cariño, respeto e incluso admiración.
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