Lágrimas caían del cielo, en este caso en forma de lluvia, y lágrimas había en los ojos de algunos de los cofrades que vieron como un año más la meteorología se convertía en el elemento determinante en la Procesión de la Estrella. Las previsiones no eran demasiado halagüeñas y durante los minutos anteriores al inicio de la procesión en varias ocasiones se abrieron las puertas para mirar al cielo. Pero de nada sirvió la esperanza depositada, finalmente la Junta de Gobierno de la Cofradía tuvo que tomar la decisión más temida por todos, no salir de Las Gordillas.
En el interior del templo los nervios eran visibles, sobre todo en los costaleros que, a pesar de todo, se preparaban para levantar las dos imágenes que forman parte de la procesión, Nuestro Padre Jesús Redentor ante Caifás y Nuestra Señora de la Estrella. Preparativos que se unen a los que han realizado durante los últimos meses puesto que desde la última semana de enero se reunían todos los domingos a las 16,00 horas en una nave de la Junta de Semana Santa para ensayar y hace un mes ya se bajaron las imágenes a la iglesia de Las Gordillas, donde continuaron los ensayos. Ya en el mismo espacio del que tenía que partir la procesión se practicaron las salidas y el pasado jueves se hizo el retranqueo, es decir, ya montados los pasos se colocaron las velas para levantar y comprobar que todo está bien, haciendo una marcha en la iglesia.
Todo ello era para que los 30 costaleros del paso de Palio (Nuestro Señora de la Estrella) y los 40 del Misterio (Nuestro Padre Jesús Redentor ante Caifás) estuvieran preparados para el día de la procesión.
La lluvia impidió la salida de la Procesión de la Estrella. - Foto: David Castro Desgraciadamente ese trabajo no consiguió tener toda la luz que se merecía puesto que la lluvia impidió realizar la procesión. Aún así sí que se decidió tener un gesto de agradecimiento a las cientos de personas que se congregaron junto a la iglesia y que aguantaron estoicamente la lluvi, motivo por el que finalmente se decidió abrir las puertas del templo y sacar en primer lugar el paso de Nuestro Padre Jesús Redentor Ante Caifás, con música incluida y marcando el paso como si fuera una procesión.
Un gesto muy bien recibido con los presentes, igual que sucedió con la imagen de la Virgen, aunque en este caso solo se asomó el paso a la puerta y no se llegó a sacar. No faltaron las tradicionales ‘levantás’ de los pasos, en el primer caso a la orden de «señores, todos por igual, valientes. Al cielo con él», marcado por el capataz. Fue además un momento emotivo puesto que con estas ‘levantás’ de las imágenes se rindió homenaje a dos personas queridas por la cofradía pero que ya no están presentes, Jesús Borreguero y Jesús Jiménez Bustos.
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En cuanto a la parte musical, se contó con las tradicionales saetas, junto con la música de la Banda de Música del Santísimo Cristo a la Columna ‘El Amarrado’ y la banda Ciudad del Tormes, de Salamanca.