Cambiar las costumbres es difícil. Jornadas continuas de trabajo, una breve pausa para comer, los niños irían antes al colegio, comidas y cenas más tempranas, etc, son los temas que la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados aprobó ayer en el informe por el que pide al Gobierno un estudio socioeconómico para conocer en detalle cuál sería la incidencia económica global de un posible cambio de huso horario en España, recuperando la antigua vinculación con Greenwich (una hora menos). El documento, consensuado por los grupos parlamentarios (PP, CiU, UPyD y PNV, con las abstenciones de Izquierda Plural, BNG y PSOE) recomienda al Ejecutivo que estudie la posibilidad de retrasar el reloj 60 minutos para armonizar las manillas de los relojes nacionales con los de los países vecinos, como Reino Unido o Portugal.

Así, uno de los consejos del departamento de Igualdad es el cambio de horarios porque, a su juicio, incidiría «favorablemente» en la conciliación de todas las personas, permitiendo disponer de más tiempo para la familia, la formación, la vida personal, el ocio, y evitar momentos muertos en la jornada laboral diaria. «Se trata de una tarea compleja, puesto que implica una transformación de nuestros usos diarios, pero es innegable que los resultados nos harían converger con Europa en muchos aspectos en los que hoy estamos sumamente alejados, y muy particularmente en productividad, en competitividad, en conciliación y corresponsabilidad», reza el texto. Es más, sostiene que España vive una situación «anómala» puesto que se encuentra en el huso horario de Europa central, cuando debería estar en el occidental. «Por esta razón nuestro horario se rige más por el Sol que por el reloj», añade el texto.

Según fuentes parlamentarias el informe será ratificado previsiblemente en el Pleno del 10 de octubre.