De político a escritor

SPC-Agencias
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La obsesión de algunas editoriales, como Planeta, de escarbar en la Historia de la España reciente a través de algunos de sus protagonistas no es tan rentable como se puede pensar

De político a escritor

La reconocida editorial Planeta suma y sigue en su asalto al mercado editorial con nuevos títulos en el capítulo de las memorias políticas. Tras la puesta en escena de la semana pasada del expresidente José María Aznar y su segundo tomo de su autobiografía, así como la de su antecesor, Felipe González, con su En busca de respuestas (Debate), en las próximas semanas, la empresa de José Manuel Lara llevará a las estanterías las reflexiones y recuerdos del expresidente Zapatero y de quien fue su número dos en materia económica, Pedro Solbes. Con estas dos nuevas entregas, el grupo se configura casi como el único depositario de la memoria reciente de la política española; un negocio que no parece muy rentable.

La relación entre Planeta y sus autores políticos es desconocida y es casi imposible saber qué cuantías ha estado dispuesto a pagar la firma a cambio de los relatos de quienes hasta hace nada gobernaban España. En el caso de José Bono, eldiario.es publicó que llegó a los 800.000 euros por la primera de tres entregas. El periodista Germán Yanke comentó a este medio que en una charla con él, éste le decía que los jefes le habían dicho que «cuanto más gordo, mejor».

Sobre Aznar, Solbes o Zapatero, no se sabe. La misma falta de transparencia se impone cuando se pregunta a los servicios de prensa de la editorial qué tiradas han tenido cada una de las ediciones.

Bono escribió Les voy a contar, que, rápidamente, Planeta ubicó en todo tipo de comercios, incluidas grandes tiendas de alimentación, al precio de 24,50 euros. Según fuentes cercanas al autor, la editorial habría vendido hasta la fecha un total de 72.000 ejemplares. Sin embargo, Nielsen -la OJD de los libros- habla de solo 28.543 ejemplares. Está por ver si el grupo de Lara mantiene en vigor la publicación de la segunda parte o deja la aventura en el punto hasta el que ha llegado.

Otros líderes políticos han cosechado cifras aún menores. Aznar solo vendió 28.166 libros, también según Nielsen. Alfonso Guerra, aún menos: 17.603.

Los libros de memorias políticas son caros. Las memorias I, de José María Aznar, se vendía a 22,50 euros; y Una página difícil de olvidar, de Alfonso Guerra, a 21,38 euros. El dilema, la nueva apuesta de Planeta con la firma de José Luis Rodríguez Zapatero, podrá leerse en los próximos días, previo pago de 21,50 euros.

Si los datos ofrecidos por el entorno de Bono sobre la venta de su libro fuesen ciertos, el político castellanomanchego sería el único de todos sus compañeros en conseguir beneficios reales para Planeta.

La crisis y zapatero.

En el caso del expresidente socialista Zapatero, Planeta se ha encontrado con un problema añadido. El leonés obligó al grupo catalán a cambiar la fecha de publicación del libro de Pedro Solbes para que el suyo saliese primero. Ambos centrarán sus escritos en el análisis de las decisiones tomadas al inicio de la crisis. El exmandatario, según fuentes conocedoras del contenido de su obra, se centra en explicar los motivos que le llevaron a tomar decisiones que han destruido su crédito y el de su partido. Solbes, por su parte, retrata en sus análisis a su antiguo jefe como un líder bien intencionado, pero claramente incompetente. El morbo está servido...

Ambos libros causan preocupación en la dirección del PSOE, que ya asume que su partido volverá a introducir en la agenda mediática el repaso a todo lo que se hizo mal cuando el Gobierno estaba en sus manos. Algo parecido sucedió en Génova 13 cuando fue Aznar el que presentó su penúltima novedad con Planeta. En aquella presentación, el expresidente del PP desveló que Rajoy no fue su primera opción como sucesor. Lo vivido la semana pasada fue más polémico.  

En este contexto, las relaciones entre exmandatarios que se dedican a escribir sus memorias y las direcciones de sus respectivos partidos tienden a distanciarse. Al menos, eso es lo que parece que acontece de cara a la galería. Como sucedió en la última presentación de las memorias del expresidente José María Aznar, a quien el Gobierno decidió no mandar a ningún representante. Fue una actuación que se produjo tras las críticas que vertió el presidente de FAES sobre las medidas que ha adoptado el Ejecutivo en los últimos meses -incluido el acatar el fallo de Estrasburgo sobre la doctrina Parot- y que contrasta con lo ocurrido hace un año, cuando el madrileño presentó la primera parte de su autobiografía.

En aquella ocasión, Rajoy se sentó en primera fila para escuchar a Aznar, y también hicieron lo propio ministros de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; Defensa, Pedro Morenés; Interior, Jorge Fernández Díaz; Fomento, Ana Pastor; e Industria, José Manuel Soria. Esta vez solo se presentó un exministro suyo, Josep Piqué, así como el exsindicalista José María Fidalgo, íntimo suyo.

Ahora hay que esperar a comprobar si los recientes ataques del exlíder del PP y el del PSOE hacia sus sucesores se traducen en caja, aunque eso está por ver...