Los trabajos de excavación en el castro de ‘El Prado de la Carrera’, ubicado en el municipio abulense de Candeleda (por encima del Castro Celta de El Raso, en las proximidades de Los Hermanitos de Tejea), se reanudarán el próximo mes de septiembre, en concreto entre los días 8 y 26, según se informó este sábado desde el Ayuntamiento candeledano a través de una nota de prensa. El pasado verano se realizó la primera campaña de excavaciones con «interesantes resultados sobre este yacimiento fechado en la Edad de Bronce y ocupado posiblemente en momentos más antiguos», recuerdan. La datación exacta de este yacimiento ubicado en «un lugar único» en la Sierra de Gredos se intentará documentar en esta nueva campaña de excavaciones, añaden las mismas fuentes.
Los restos de una cabaña construida con postes de madera, una muralla defensiva y cerámicas realizadas a mano (ollas, cuencos...) fueron los principales hallazgos de los sondeos de 2013, según la memoria elaborada por el arqueólogo César Pérez. Estos trabajos ofrecen algunas pistas sobre la vida de sus pobladores, que eligieron un «espectacular y estratégico lugar defensivo, situado a más de 1.200 metros de altura, para habitar durante al menos una parte del año», destacan.
Los objetivos de esta nueva campaña serán los de continuar con la excavación de la cabaña hallada el año pasado, realizar nuevos sondeos en la muralla con el objetivo de localizar una de las puertas de acceso al asentamiento y comenzar a excavar en el recinto superior –el yacimiento está divido en dos recintos separados por un muro de mampostería–, cuya funcionalidad es desconocida hasta el momento.
En esta nueva campaña de excavaciones participarán ocho arqueólogos y estudiantes de las Universidades de Granada, Salamanca, Extremadura y Autónoma de Madrid dirigidos por el arqueólogo César Marco Pérez García, siendo promovida y financiada íntegramente por el Ayuntamiento de Candeleda.
El castro tiene una extensión de 5 hectáreas a 1.200 metros de altitud, en posición defensiva y de control del territorio, desde dónde podían divisar la zona del actual castro de El Raso, la garganta de Alardos, el río Tiétar y la zona inundada por el actual Embalse del Rosarito e incluso los Montes de Toledo y la Sierra de Guadalupe.