Se trata de un símbolo para el pueblo, un lugar de acogimiento, un espacio al que acudían los vecinos de la localidad para recoger el agua que utilizarían para todas las tareas domésticas antes de que el municipio consiguiera contar con una red de abastecimiento público que llegara a los grifos de las casas, algo que sucedió hace unos 40 años. El Pozo de Hernansancho está siendo rehabilitado porque el Ayuntamiento quiere rendir un homenaje a este lugar. «Era también el punto de encuentro de todos los ganaderos del pueblo y de los agricultores», afirma Mari Ángeles Bartolomé, alcaldesa de este municipio de la Moraña. Además, este pozo fue el lugar en el que hasta hace poco todos los vecinos acudían en busca del agua. Las mujeres a lavar y los hombres a por los bidones para el uso diario. Sin duda se convirtió en un símbolo para todos los vecinos que ha mantenido la tradición de acogimiento. Muchas de las parejas actuales se forjaron en ese lugar, cuando entablaron las primeras conversaciones y luego decidieron asentarse en esta localidad y formar una familia. En la actualidad, los jóvenes han decidido utilizar el pozo como espacio de reunión, de ‘quedada’. Así lo reconoce la alcaldesa, que pretende que se trasladen a otro punto después de este acondicionamiento que consiste, fundamentalmente, en la limpieza de las pintadas de los quintos y el arreglo de la cubierta, con un coste 9.000 euros, 6.000 de los cuales los pondrá la Diputación.