Con el objetivo de ayudar a reducir el número de accidentes con víctimas que se producen anualmente en las carreteras y calles de las ciudades españolas, la Dirección General de Tráfico ha elaborado un nuevo Reglamento General de Circulación que, entre otras modificaciones, contempla la obligatoriedad del casco de la bicicleta en las ciudades, así como el aumento de la velocidad a 130 kilómetros por hora en algunos tramos de autovías y autopistas o la reducción a 90 kilómetros por hora en vías convencionales y a 30 en algunas calles de las ciudades.
Una normativa que, aunque todavía no ha entrado en vigor, tras la presentación de sus líneas maestras esta semana por la directora general de Tráfico, María Seguí, ya ha avivado el debate entre los colectivos profesionales del transporte, con opiniones que en el caso de Ávila son en general bastante coincidentes y positivas.
Desde la Asociación Provincial de Autoescuelas, su presidente, Marciano García, cree que las novedades introducidas en la norma son «en general positivas en aras a aumentar la seguridad del conductor y el peatón». En cuanto al limite de la velocidad en el casco urbano, «cuanto más despacio vayamos, más seguras las calles, aunque en la periferia pueda resultar algo excesivo, y en las autopistas y autovías «yo le pondría incluso por encima de los 130, a no ser que se trate de zonas conflictivas», mientras que en las carreteras convencionales, «reducirlo a 90 puede ser excesivo, aunque se acepta por el bien de la seguridad». También se mostró muy favorable al uso del casco por los ciclistas en el casco urbano, a la utilización obligatoria en todos los casos del cinturón de seguridad y a aumentar la regulación de controles de alcohol y drogas, aunque «el porcentaje de infractores ha disminuido mucho».
También el delegado de la Federación de Ciclismo de Castilla yLeón en Ávila, José Javier Blázquez, cree que es «estupendo» que se obligue a los ciclistas a utilizar el casco dentro del casco urbano, como ocurre en las vías interurbanas y respecto a limitar la velocidad a 30 kilómetros por hora en determinadas calles de la ciudad, también considera que será positivo, porque «donde más peligro corre el ciclista es precisamente en la ciudad, cuando el ciclista vuelve de entrenar y supone un estorbo para los vehículos».
Pero evidentemente, también hay quienes ven en las modificaciones planteadas en el Reglamento de Circulación algunos problemas. Por ejemplo, el presidente de la Asociación de Taxistas, José Luis Herrero, cree que reducir el límite de velocidad a 30 kilómetros por hora en algunas vías urbanas, «en Ávila, con calles tan estrechas y cortas, supondrá que los vehículos tengan que ir demasiado despacio» y para los taxistas, un problema, ya que «la mayoría de los clientes van con cierta prisa».
También el transportista León Muñoz considera los límites actuales de velocidad adecuados, ya que a su juicio, el problema radica en los conductores, pues «pocos respetan esos límites». Además, entiende que aumentar a 130 kilómetros por hora la velocidad en tramos de autopistas y autovías supondrá «un mayor consumo y más emisiones de CO2 a la atmósfera».