Campaña de conservación de los aguiluchos cenizo y pálido

J.M.M.
-

Por cuarto año consecutivo se pone en marcha esta iniciativa de SEO Birdlife Ávila, que se desarrollará entre abril y julio, con el fin de controlar los nidos de estas especies para tratar de salvar a los pollos del paso de las cosechadoras

Los aguiluchos cenizo (Circus pygargus) y pálido (Circus cyaneus) son unas rapaces habituales en los campos de cultivo y zonas esteparias de la provincia a lo largo de la primavera y el verano. En esta época son muchas las parejas que crían entre los campos donde crecen las espigas de trigo, cebada o centeno, que es donde establecen el nido. En él las pareja de ambas especies formadas por hembras de tonos pardos con su blanco obispillo y los machos de tonos grises y blancos (con matices entre ambos) sacan adelante dos o tres pollos en un pequeño cubículo situado en el suelo.

Por cuarto año consecutivo los voluntarios del grupo local de SEO Birdlife Ávila han comenzado, con la colaboración de Galerida ornitólogos, GREFA, la Junta de Castilla y León y la Diputación, una campaña de conservación de esta especie con el fin primordial de controlar los nidos para tratar de salvar a los pollos del paso de las cosechadoras. Además se persigue dar a conocer la situación de la especie en la provincia y concienciar del valor de la misma para el campo y los agricultores, «los cuales han sido parte primordial en el trabajo desarrollado pues su colaboración ha sido muy buena desde el primer momento» explica Jorge Leonor, el coordinador de la campaña.

Jorge Leonor precisa que «vamos a ver como se lleva a cabo este año pues los dos anteriores han sido muy complicados con una campaña de 2022 que fue catastrófica para la especie a nivel nacional y por consiguiente para la situación provincial ya que de los nidos que controlamos no salió ningún pollo por efecto del calor extremo o de depredación». «La situación en el 2023 se atisbaba de nuevo muy difícil pues el calor de los meses de abril y mayo presagiaba una nueva temporada de cría muy complicada ya que ese calor y la falta de lluvias en momentos determinados hace que el cereal se sequé rápido cuando aún no ha cogido ni la altura ni la cobertura necesaria para que el nido esté a salvo del sol y de los depredadores tanto terrestres como aéreos». Al final se dio un periodo de lluvias que aminoró esa situación y la campaña, aún lejos de considerarse buena para estas especies vulnerables con una situación límite que pronto las llevará a estar en peligro de extinción, no fue tan pésima como en 2022.

Con una metodología basada en un gran trabajo de campo de los voluntarios para detectar los territorios de las parejas de aguiluchos cenizo y pálido para, en colaboración con los agricultores y la Junta de Castilla y León, poder localizar los nidos de ambas especies y así poder evaluar la edad de los pollos y determinar si en la época en que las cosechadoras están en los campos éstos vuelan o no y llevar a cabo las actuaciones pertinentes. El pasado año se detectaron un total de 16 nidos. De ellos 14 han sido de aguilucho cenizo y 2 de aguilucho pálido (con 19 de los 26 pollos de cenizo volando y 1 de los 3 de pálido). La mayoría de ellos se han localizado en la comarca de La Moraña «que es donde se concentra el mayor esfuerzo por ser la zona de la provincia con mayor hábitat propicio para los aguiluchos aunque también se prospectaron algunas otras zonas donde hemos localizado algunas parejas reproductoras como por ejemplo el Valle Amblés. Este años trataremos de ampliar nuestro radio de actuación tratando de ampliar el grupo de voluntarios para que nos permita acometer la Campaña con mayor solvencia», explica Jorge Leonor.

Para ambas especies los cambios en el uso del campo y en la agricultura han sido, y son, un problema ya que es sensible a los adelantos en las cosechas, la utilización de cultivos precoces y el uso de pesticidas y herbicidas.

La campaña se va a llevar a cabo entre los meses de abril y julio en varias zonas de la provincia elegidas para ello, en las cuales trabajarán los equipos de voluntarios recorriendo extensiones de hábitat adecuado con el fin de localizar el mayor número de nidos posibles.