Pocas dudas se han despejado sobre el futuro del Ayuntamiento de Ávila tras la última Comisión de Hacienda, en la que se debatieron, por segunda vez, las ordenanzas fiscales para este ejercicio, una por una, y las alegaciones presentadas por los grupos de la oposición. El acuerdo más destacado, casi obligado por otra parte para que se pueda contar con un nuevo pliego del servicio de limpieza, fue el de la tasa de basuras, que sacó adelante el equipo de gobierno con la abstención del PSOE, en lo que podría ser un primer acercamiento económico de cara al futuro. Hubo otros acuerdos, mínimos, pero las posiciones de las distintas formaciones políticas apenas se han movido y dejan escaso margen de maniobra para pensar en consensos de mayor calado, con lo que no se vislumbra un avance para que el equipo de gobierno pueda aprobar unos presupuestos para este 2024 y todo podría derivar en una moción de confianza, cuyo resultado tampoco está nada claro.
Más allá de esta situación, esta semana se conocía un nuevo recorte que puede llegar a afectar en este caso a las asociaciones de vecinos. El Ayuntamiento de Ávila ha comunicado a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Ávila (FAVA) que si no hay presupuestos, no habrá renovación del convenio, y eso pone en el disparadero a las asociaciones de vecinos, cuyo funcionamiento depende en buena medida de la ayuda municipal.
Algunas lo tienen ya muy claro: sin esa ayuda, no quedará más que cerrar las puertas y "entregar las llaves", con lo que eso supone para muchos barrios, en los que las asociaciones de vecinos son una plataforma de impulso de actividades que ayudan especialmente a los mayores, a esas personas que llevan toda la vida viviendo en su barrio y son el principal soporte de esas entidades.
Quizá podría plantearse si el papel que hoy en día juegan las asociaciones de vecinos es el que deberían tener. Es posible que ese carácter reivindicativo que se les presuponía hoy en día esté más diluido, pero no dejan de ser organismos esenciales que pulsan el sentir de los barrios. Y muchas de esas asociaciones, a pesar de todos los pesares, cuentan con unas cifras más que destacables de asociados, más de 11.000 entre todas ellas, una cifra récord, y sus talleres, sus actividades, sus propuestas cuentan siempre con muchos seguidores.
¿Se puede permitir el lujo el Ayuntamiento de Ávila de asfixiar a las asociaciones de vecinos hasta provocar su desaparición? Yo diría que difícilmente. Pero con la dinámica que se ha entrado en el Consistorio, con nadie dispuesto a ceder, da por pensar que se quiere llevar a la ciudad hasta el límite de sus posibilidades.