José Ignacio Dávila

Pensando

José Ignacio Dávila


Cosas de casa 16

10/05/2024

En las cosas de casa, los medios de comunicación libres nos siguen contando, midiendo y pesando los líos montados en ambiciones de poder, las crónicas de enfrentamientos buscados a propósito y enredos de la llamada "clase política "que no debe olvidar y reconocer que representan a la Nación española deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, quien en uso de su soberanía, proclama su voluntad de garantizar la convivencia democrática dentro la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo. 
En las cosas de casa habrá que recordar que no cabe alterar la interpretación de las leyes al gusto de ningún mandarín iluminado, porque nos jugamos mucho si las reglas de la acción política se olvidan y consideran que pueden la Ley fundamental puede ser interpretada al gusto e imposición de ambiciones políticas; que nos jugamos mucho si los enredos por el poder y mando en plaza debilitan el consenso constituyente entre los españoles y acuerdo por organizar nuestra sociedad en suma de opciones políticas plurales y leales al compromiso constituyente y democrático. 
En las cosas de casa tienen su presencia generaciones experimentadas, en el antes y el después del 29/12;1978 (publicación en el BOE); hay que recordar la experiencia que no admite enredar ni iniciar enfrentamientos entre españoles, que la pueden liar; ni alteren la paz social y ciudadana, ni joroben la enciclopedia con olvidos de la historia real que nos pertenece a todos y que nadie puede interpretar y contar mejor que los que vivieron con las experiencias del pasado, recogidas y presentes en la historia de las familias y las verdades imborrables de lo bueno, de lo malo y de lo injustificable. No se debe jugar con la historia, ni olvidarla, ni desterrarla, ni relegarla al cajón del partido de la historia inolvidable, porque puede volver.
En las cosas de casa, no se debe olvidar que el sentido común por la convivencia plural en paz debe entrar en las cabezas dedicadas a la "política" y puede ser un valor social la formación inicial en valores constitucionales para su mejor desempeño político y representativo y continuar con la formación y aprendizaje diario del contenido de nuestra Constitución de 1978 en el respeto del espacio común del encuentro con nuestra soberanía, y en la Unión Europea, y en la historia real y no inventada de la defensa de nuestros derechos y libertades, en debida respuesta y respeto de su actividad representativa de toda la ciudadanía, de la Nación española, que así se nos debe conocer entre las grandes naciones de nuestra cultura europea y del mundo mundial, de nuestra insuperable España
En las cosas de casa, el sentido común, para dirigir y orientar la acción política, debe seguir iluminado por el sentido de Estado de Derecho, Social y Democrático, y que nadie apague las buenas cabezas políticas para que su valor intelectual y sentido común enseñe y mantenga que no se debe debilitar el compromiso con la Nación española, ni se puede apagar la luz en el camino a recorrer en pluralidad y el compromiso con una sociedad libre y democrática, ni se debilite el compromiso constituyente firmado soberana y mayoritariamente: para que la soberanía constituyente no se altere ni escachare por cabezonadas e interpretaciones iluminadas partidarias de un cambio constitucional sin consenso constituyente, en olvido de la experiencia generacional que puso negro sobre blanco para dejar claras las reglas por la convivencia posible en la Nación española. Que nunca es tiempo de volver a las andadas de patos cojos, ni de follones ni y enfrentamientos; que ya tenemos asentada nuestra opción constitucional y democráticamente bajo el manto del sentido común compromiso que debe seguir protegiendo la libertad de información sin censuras en la comunicación, defensa de nuestros derechos y deberes constitucionales, todos; en el derecho de contar con buenas cabezas políticas y con sentido de Estado y de nuestra Nación española, que pagamos todos: en casa, barrio, pueblo, ciudad y Comunidad, tanto en derecho como fiscalidad contributiva, que garanticen llegar bien a fin de mes . Sumen su aportación plural, ¡EA!