Los vecinos de Navarrevisca, cuenta Leticia Sánchez, la alcaldesa de esta localidad, desde siempre han sido conscientes de que en el sitio de La Mesa, perteneciente a la sociedad de pastos de Collado Viejo, era un lugar especial. Y no solo por la existencia allí de dos tumbas antropomorfas y de los restos de la antigua ermita de SanPedro, también por el enclave estratégico de este paraje, impresionante atalaya de todo el Valle Alberche. Lo que no sabían los vecinos era que este lugar escondía muchos más ‘secretos’ que ahora han empezado a ver la luz.
De hecho, conscientes de la existencia de esos restos arqueológicos desde el Ayuntamiento se intentó en varias ocasiones años atrás excavar en este lugar lo que sin embargo no fue posible, reconoce la alcaldesa, porque las directivas anteriores de la sociedad de pastos propietaria de la finca en la que se encuentra este yacimiento «nunca» accedieron a que el Ayuntamiento pudiera poner en valor estos hallazgos. Hasta ahora, cuando la actual directiva, consciente del valor patrimonial de este lugar, ha dado su permiso para que se puedan llevar a cabo los trabajos de excavación. Para ello, explica Sánchez, el Ayuntamiento y la sociedad de pastos Collado Viejo, a la que pertenecen buena parte de los vecinos, han firmado un convenio por el cual la segunda cede al consistorio la parcela en la que se encuentran estos restos arqueológicos durante un tiempo determinado y con el fin de poner en valor y promocionar este yacimiento.
Explica la alcaldesa que una vez que la propiedad dio el plácet para comenzar a actuar en este lugar el Ayuntamiento se puso en contacto con la Junta de Castilla y León para solicitar los permisos para investigar estos restos que al arqueólogo de la Administración regional, Francisco Fabian, le llamaron de forma especial la atención por el desfase de tiempo existente entre el origen de las tumbas antropomorfas, que dató entre los siglos VII y el XI, y los restos de la ermita, que podría haberse levantado en torno a los siglos XV-XVI. Ese hecho, sumado también a la existencia de una piedra muy singular, con muchas oquedades, llevó a pensar al experto que podía tratarse de un altar precristiano y también que éste paraje habría sido lugar de culto para distintos pueblos y a lo largo de distintos siglos, como así parece evidenciar el hallazgo de una construcción rectangular rematada en un ábside, antecedente de la actual ermita en ruinas de San Pedro.
primera excavación. El proyecto no tiene financiación, siendo el Ayuntamiento de Navarrevisca el que asume estos trabajos con ayuda una agrupación de vecinos, conocidos como Los Altruistas, que en su día, recuerda la alcaldesa, elaboraron los nueve senderos transitables con los que cuenta Navarrevisca y que «son muy activos en lo que se refiere a recuperación del patrimonio natural y cultural» de este municipio.
Tras las catas realizadas en la zona por Fabian, la primera excavación, dirigida también por el arqueólogo de la Junta de Castilla y León, tuvo lugar el pasado mes de junio y durante la misma se encontraron restos de teja de diferentes épocas y de cerámicas, si bien el proyecto está en su primera fase y aún queda mucho por hacer. La segunda excavación tendrá lugar después del verano, «probablemente en septiembre u octubre», apunta la alcaldesa que habla de un proyecto «muy dinámico» teniendo en cuenta que probablemente buena parte de los restos estén aún ocultos.
Además de obtener más información sobre el pasado de este lugar y sobre los usos que le dieron quienes nos precedieron el proyecto iniciado por el Ayuntamiento también persigue poner en valor este lugar. De hecho, reconoce Sánchez que el proyecto de investigación del yacimiento arqueológico de La Mesa ha «ilusionado» a los vecinos de Navarrevisca que pese a saber que ese paraje era especial no eran conscientes de la importancia arqueológica del mismo. «Esto es como quitarnos la espinita que teníamos clavada de saber que teníamos ahí algo importante pero que no podíamos hacer nada con ello», apunta la alcaldesa a la hora de hablar de este proyecto con el que Navarrevisca busca poner en valor su patrimonio y contar con un reclamo más «para atraer un turismo sostenible».