"Estoy muy desencantado con los políticos. Hay que reír"

Carmen Martín (EFE)
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El popular presentador Carlos Sobera cambia de tercio y alterna televisión y teatro con 'Asesinos todos', una obra en clave de humor para olvidarse de «esta época dura y gris»

El actor e intérprete vasco es un famoso conocido de la pequeña pantalla con programas como ‘First Dates’ y ‘Volverte a ver’.

El presentador estrella del Grupo Mediaset al frente de programas como First Dates (Cuatro) o Volverte a ver (Telecinco), Carlos Sobera (Baracaldo, 1960), estrena mañana Asesinos todos, una pieza teatral «para reír en esta época dura y gris».

«Hay que reír, nos viene bien la comedia en estos días duros y grises, quizás los más complicados en los últimos 40 años» afirma actor, quien hace balance de la actualidad diaria: «Solo veo desolación, muertos y tristeza, estamos desorientados, desnortados».

«Estoy absolutamente desencantado con los políticos», añade Sobera, quien compara al actual Congreso de los Diputados con una isla de supervivientes, «viven aislados respecto de la sociedad».

«Los políticos, ¿pero esta gente de dónde ha salido?», se lamenta el presentador vasco, al tiempo que reconoce que se ha perdido «mucha educación, mucho respeto, mucho sentido del deber».

«No sé qué me asombra más de ellos: que se suban el sueldo cuando hay gente que las está pasando putas o que cargos públicos se adelantan en ponerse las vacunas», indica indignado.

«Me dan miedo los políticos, ahora mismo no les llevaría a ninguno de mis programas», apunta este intérprete que vuelve a compaginar su faceta de presentador de televisión con su pasión por el teatro.

Respecto a su reincorporación a los escenarios, el actor señala que «hacer teatro en estos momentos es una gran victoria», en alusión al estreno este viernes en el Teatro Reina Victoria de Madrid de Asesinos todos, una comedia en clave de humor negro escrita por Jordi Sánchez y Pep Anton Gómez y dirigida por este último y en la que también participan, entre otros, Neus Asensi, Elisa Matilla y Ángel Pardo.

«Se trata de una obra en la que todos somos sospechosos de asesinar», adelanta el también empresario teatral y añade entre risas que «quién no ha pensado alguna vez en su vida en deshacerse de alguien, en matarlo».

La comedia muestra a «dos matrimonios de andar por casa a los que, de repente, la vida le pone en una emboscada y empiezan a pensar que igual hay que deshacerse de alguien para volver a la normalidad», cuenta Sobera.

Poner en marcha un espectáculo en estos tiempos es todo un acto de fe y de temeridad. Carlos está acostumbrado a los retos: «Nos lanzamos en mitad de la guerra, pero hay que evolucionar y adaptarse».

amor por la escena. Lleva muchos años entreteniendo a un gran público con su humor, su imagen sonriente y su icónico arqueo de ceja desde la pantalla del televisor, pero no quiere dejarse arrastrar por la pereza ni por la comodidad de la pequeña pantalla. «El teatro es sacrificado, requiere disciplina».

Lo ama tanto que incluso llegó a tener en propiedad el madrileño Reina Victoria, teatro en el que precisamente se estrena «una historia de la calle», indica el actor, que interpreta a un funcionario de hacienda, «gris, legalista, cobarde y también un tanto miserable y despreciable».

«El teatro me da vida», subraya, para quien cada función es diferente. «Siento sus risas y agradezco las reacciones instantáneas, de forma natural, no condicionadas del público».

Reconoce que el teatro, le aporta otra formulación artística. «Soy muy de tele, me muevo como pez en el agua, me gusta improvisar, me lo paso bien, pero el teatro me permite crear un personaje, contar historias atractivas, bellas o dramáticas, y eso no me lo permite mi trabajo como presentador».

Estuvo al frente del famoso programa, Quién quiere ser millonario, no para y ahora se pone a los mandos del mítico concurso El precio justo, en Telecinco, uno de los formatos más longevos de la televisión mundial y que en España hizo muy popular al presentador Joaquín Prat entre 1988 y 1993.

Admira muchos formatos de la competencia, pero prefiere poner el foco en «la gente normal y conocer cómo piensa». Son cinco años los que lleva ejerciendo de celestino al frente de First Dates, un programa que se ha convertido «es una radiografía de la sociedad y que permite descubrir cómo es la gente, con independencia de su edad y sexualidad».

Gracias a los concursantes dice haber aprendido a ser mucho más «tolerante» y «comprensivo».

Se siente muy cómodo al frente de Volverte a ver y le resulta maravilloso que los concursantes de este tipo de programas no tengan complejos. «Dicen lo que piensan sin filtros, expresan sus emociones y los sentimientos», cuenta Sobera, quien reconoce que «a veces siente vergüenza ajena, pero bueno es la vida, solo hay mirar a los políticos para sentir también lo mismo».