El presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello y el secretario de dicho organismo, el obispo Fernando Vérgez, han inaugurado esta tarde el árbol y el pesebre de la plaza de San Pedro en un acto muy restringido por las disposiciones sanitarias sin la presencia del Papa.
El acto simbólico, en el que se ha iluminado el abeto rojo de 28 metros de altura y 70 centímetros de diámetro proveniente de Eslovenia, se ha descubierto el pesebre que cuenta con figuras de cerámica más grandes que el tamaño natural y ha sido realizado en la ciudad de italiana de Téramo (región de Los Abruzzos), en un acto que constituye el pistoletazo de salida para una Navidad marcada por la pandemia de coronavirus.
En este sentido, el Papa ha recibido esta mañana en una audiencia privada a las delegaciones de Castelli in Abruzzo, Italia, y de Kocevje, Eslovenia, y ha señalado que "nunca como este año" los dos iconos de la Navidad serán "un signo de esperanza para los romanos y para los peregrinos que tendrán la oportunidad de venir a admirarlos".
El Vaticano 'inaugura' la Navidad - Foto: GUGLIELMO MANGIAPANE"También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e indefenso, es el 'Signo' que Dios da al mundo. Signo admirable, como empieza la Carta sobre el pesebre que firmé hace un año en Greccio. Nos hará bien volver a leerla en estos días", ha indicado el Papa.
Así ha reseñado que el árbol y el pesebre contribuyen a crear una atmósfera navideña favorable para "vivir con fe el misterio del nacimiento del Redentor". Y ha manifestado: "En el pesebre, todo habla de la pobreza 'buena', la pobreza evangélica, que nos hace bienaventurados: cuando contemplamos a la Sagrada Familia y a los diversos personajes, nos atrae su desarmante humildad".
A este respecto ha agregado: "Nuestra Señora y San José fueron desde Nazaret hasta Belén. No hay lugar para ellos, ni siquiera un cuartito; María escucha, observa y guarda todo en su corazón. José busca un lugar para ella y el niño que está a punto de nacer. Los pastores son protagonistas en el pesebre, como en el Evangelio. Viven al aire libre. Están en vela. El anuncio de los ángeles es para ellos, y van inmediatamente a buscar al Salvador que ha nacido".
El Vaticano 'inaugura' la Navidad - Foto: VATICAN MEDIA HANDOUTEl Papa ha hecho hincapié en que la Navidad recuerda que Jesús "es nuestra paz, nuestra alegría, nuestra fuerza, nuestro consuelo, pero para acoger estos dones de gracia, necesitamos sentirnos pequeños, pobres y humildes como los personajes del pesebre".
Un astronauta junto a Jesús, María y José
La figura de un astronauta se ha colado en el tradicional Portal de Belén estrenado hoy en la plaza de San Pedro del Vaticano, con grandes figuras de cerámica de arte contemporáneo que no dejarán indiferente al visitante.
El Belén, estéticamente alejado de las representaciones más clásicas, procede de la localidad de Castelli, en la región de Los Abruzos (centro), y está compuesto por 154 piezas de cerámica típica de la zona.
Fue realizado entre 1965 y 1975 por los docentes y alumnos del Instituto de Arte F. A. Grue, actual Instituto Estatal de Diseño, que en aquella década dedicó su actividad didáctica al tema navideño.
Este Portal de Belén está compuesto por delicadas figuras mayores del tamaño natural, sintetizadas en formas voluptuosas pero simples: un cilindro para el cuerpo y una esfera para la cabeza, aunque son fácilmente reconocibles por los rasgos o la indumentaria.
Además de la Sagrada Familia y los Reyes Magos, aparecen numerosas esculturas de animales pero ideadas de un modo fantasioso y original, como un curioso pavo o una oveja que más bien parece un enredado ovillo de lana.
La representación a buen seguro no dejará indiferente a quienes se acerquen a la plaza a contemplar el Misterio, ya que cuenta con excéntricos y enigmáticos personajes como un astronauta.
Y es que los artistas que realizaron la obra quisieron por entonces incluir en la misma figuras que aludieran a eventos importantes del momento, como la conquista de la luna en 1969.
El Pesebre ya fue expuesto en Roma en la Navidad de 1970, y después pasó por otras ciudades como Jerusalén, Belén y Tel Aviv, y según sus creadores representa "una síntesis de tradición y de acogida de lo nievo, de búsqueda y experimentación".
Toda la composición se encuentra sobre una peana de luz blanca de unos 125 metros cuadrados, a los pies del obelisco de la plaza, y podrá verse en esta navidad peculiar, marcada por una pandemia que ha impuesto toque de queda y hasta ha adelantado la Misa del Gallo.