El regreso tres años después del Real Madrid al escalón que suben los ocho mejores equipos de Europa, lo pone en juego ante un Atalanta que se caracteriza por su locura en ataque, planteando Zinedine Zidane el duelo como si la ventaja merengue de un tanto cosechada en Italia no existiese, para volver a pisar terreno de cuartos.

Y una vez conseguido el primer objetivo, superar la barrera de octavos en la que se volvió a estancar el conjunto blanco dos temporadas consecutivas, ya puede ocurrir cualquier cosa con el equipo más laureado de la competición. Alguna de las 13 conquistas llegaron con plantillas de inferior calidad a la actual. Un equipo falto de gol pero que ya ganó la última Liga desde su fortaleza defensiva.

Zidane se ganó en su primera etapa el calificativo de ‘mister Champions’. El único entrenador que conquistó tres ediciones consecutivas del torneo. Debe recuperar esa seguridad en la eliminatoria ante el Atalanta.

El regreso de Sergio Ramos permite armar una línea que rebaje la pegada del Atalanta, aunque el técnico cuenta con tres ausencias de indiscutibles. Dani Carvajal ausente en el lateral derecho por lesión, el brasileño Casemiro sancionado deja al equipo sin su pieza clave en el equilibrio y Eden Hazard suma un capítulo más a su larga lista de lesiones. Su titularidad no entraba en los planes, lejos de un tono físico adecuado para poder acercarse al que era, sin ritmo para un duelo de tal intensidad. Un problema muscular en el psoas lo deja nuevamente fuera de combate tras reaparecer apenas quince minutos.

 El Atalanta llega al Alfredo di Stéfano para jugar el partido más prestigioso de su historia. Con una pareja colombiana formada por Luis Muriel y Duván Zapata, en gran estado de forma y con la convicción de tenerlo todo para sellar el pase de ronda. El equipo italiano doblegó 3-1 sin despeinarse al Spezia. La baja por sanción del centrocampista suizo Remo Freuler, expulsado en la ida, impulsó a Gasperini a rotar a Matteo Pessina, él acompañará a Marten De Roon y a Mario Pasalic.