María Ángeles Álvarez, poeta que halla en las flores y la naturaleza una de sus principales fuentes de inspiración, presentó a la sociedad abulense el poemario Y el aire al soplar, un libro en el que ahonda en su admiración por la belleza de la vida natural y la capacidad para hacer disfrutar que nos regala.

Y el aire al soplar muestra al lector a una poeta que encuentra en la palabra un camino de expresión muy humano y natural, apostando no ya por la prosa poética como en los anteriores sino por la poesía pura como «la palabra más esencial, más pura, que deja un poco que quien la lee y la oye la va viviendo y construyendo».

El fuerte lirismo del título, explicó su autora, tiene su razón de ser en que «el proceso creativo es algo así como un soplo, es expresar todo aquello que vamos viendo, en este caso de manera contemplativa en la naturaleza, dejando que fluya y que sea lo que hable. Al final los poetas somos como traductores de todo lo que vamos viendo y vamos sintiendo en la naturaleza».

Por ese distanciamiento que el ser humano tiene con la naturaleza, añadió, el libro tiene «por supuesto algo de reivindicación, y también de entender la preocupación por lo natural y defender la ecología en su sentido relacional; creo que tenemos que cuidar la naturaleza para que persista y también para disfrutar de ella e interrelacionarnos, dejar que nuestra estabilidad interior, nuestra paz, nuestra serenidad, el poder vivir con un poco de sosiego, tenga a la naturaleza como aliada, que es como la ha tenido siempre».