La campaña de aceituna de este año en el Valle del Tiétar, una de las zonas olivareras más importantes de Castilla y León, será recordada fundamentalmente por la influencia negativa de la sequía, que ha reducido casi a la mitad los kilos recogidos respecto a la media de las temporadas en las que las condiciones meteorológicas fueron más propicias. Así lo confirman desde las diferentes almazaras que han repartidas por esta comarca del sur de la provincia de Ávila donde, eso sí, se sigue produciendo un aceite virgen extra de máxima calidad y este año también, a tenor de los primeros análisis tanto físicos, como químicos y organolépticos realizados para estas cooperativas, tal y como marca la normativa de la Junta de Castilla yLeón.
En el Bajo Tiétar, la Cooperativa de Cosecheros de Aceitunas El Puente, de Arenas de San Pedro, fundada como almazara en 1934, cuenta en la actualidad con 1.200 olivareros y 710 socios, lo que la convierten en la más grande de toda la comunidad autónoma. Su presidente, Eloy Gómez, explica que esta última campaña ha sido «bastante anómala en cuanto a la producción y accidentada, porque veníamos de una sequía muy pronunciada a lo largo del año y en el momento de la recogida de la aceituna, el agua y el aire han tirado al suelo y estropeado bastante aceituna».
Todo ello ha propiciado que se hayan recogido 1.520.000 kilos, cuando ha habido años que han alcanzado casi los tres millones de kilos de aceitunas. «Este año se preveía una campaña bastante buena, pero no ha sido así», añade el presidente de la cooperativa arenense.
Eso sí, aunque el rendimiento ha sido algo peor que el de otras campañas, la calidad del aceite sigue siendo buena, virgen extra, en la aceituna de vuelo o vareada que es la que se recoge, directamente del árbol siguiendo el método tradicional, para elaborar el aceite, ya que la de suelo únicamente se vende para refinerías.
El año pasado mandaron dos muestras a los prestigiosos Premios Mezquita, convocados por la Academia del Vino de Córdoba, y obtuvieron uno de plata y otro de bronce, y en esta ocasión la intención es mandar una. Ese prestigio ganado con el trabajo de años y la mejora de las calidades del aceite ha propiciado además que cada vez se venda más aceite en esta cooperativa porque como dice Eloy Gómez, «cada vez se conoce más y la gente repite, porque el boca a boca es la mejor publicidad». «El año pasado vendimos todo el aceite y este año esperamos lo mismo», añade.
Otra de las cooperativas de referencia en la zona se encuentra en el Barranco de las Cinco Villas y más concretamente en San Esteban del Valle, la almazara La Moraleda de la Cooperativa San Pedro Bautista, que supera actualmente los 430 socios.
Su campaña de recogida, según explica su presidente, Pedro Gómez López, tampoco ha sido buena, pues en kilos de aceituna han sumado alrededor de 350.000, cuando en una campaña normal suelen estar entre los 500.000 y los 600.000, según los años. El motivo, además de la sequía, «el granizo que cayó a primeros de octubre, que tiró un 30% del fruto al suelo», señala. El rendimiento también ha sido algo inferior, del 15,5% (15,5 litros de aceite por cada 100 kilos de aceituna) frente al 16% de una campaña normal.
Eso sí, la calidad de su aceite sigue siendo como desde hace 20 años virgen extra, pues como apunta su presidente, «la recogida de la aceituna se hace con lonas y solo la que está en el árbol. Además, en el pueblo la gente ya no cura con herbicidas, sino que estamos volviendo a las labores tradicionales de desbroce y arado para que el suelo tenga la cantidad mínima de residuos. Utilizamos abonos ecológicos y productos para el árbol igualmente ecológicos porque la gente se va concienciando de la necesidad de cuidar la tierra para que el árbol produzca».
A esos cuidados hay que añadir el posterior lavado de las aceitunas, ya en la almazara, para molerlas después y elaborar el aceite metiendo el fruto en agua a muy baja temperatura para que sufra lo menos posible (entre 30 y 32 grados), conservando así todas sus características físicas y organolépticas para que a la hora de la cata el aceite sepa como debe. «Sacrificamos una mayor producción en aras de una mejor calidad», subraya Pedro Gómez, quien apunta que entre el 50 y el 60% del aceite producido va destinado al autoconsumo y el resto a la venta en su tienda y para numerosos puntos de España como restaurantes y tiendas gourmet.
También en esa misma zona está la Cooperativa del Campo ‘La Beltraneja’ de Mombeltrán, nacida en la década de los 50 del siglo pasado y que actualmente cuenta con más de 260 asociados. Su secretario, Luis Rosillo, coincide con los representantes del resto de almazaras en que la última campaña ha sido «mala por varios motivos, pues en septiembre, que suele ser bueno que llueva, no lo hizo y tampoco en verano, con lo que la mosca picó mucha aceituna y provocó que cayera antes y que en algunos casos tuviera gusano. Luego, en el momento de la recogida, llovió mucho y tiró antes el fruto». Todo ello hizo que se recogiera «la mitad de los esperado», concretamente 247.000 kilos de aceitunas frente a los 500.000 que se esperaba. Y el rendimiento ha sido también algo inferior, del 14,3%, y se han sacado aproximadamente 36.200 litros de aceite, eso sí, virgen extra porque «solo recogemos la aceituna de vuelo», subraya.
En cuanto a la venta, al tratarse de una cooperativa pequeña, que funciona casi familiarmente, el aceite se reparte entre los socios y solo el excedente, que puede rondar los 500-700 kilos, se vende en la propia cooperativa.
Por su parte, en el Alto Tiétar, son dos las cooperativas que recogen principalmente la cosecha de aceituna de la zona, la Cooperativa San Isidro Labrador, en Pedro Bernardo, y la Cooperativa del Campo ‘San Isidro’ de Sotillo de la Adrada.
En la cooperativa cucharera, que funciona desde 1945 y que ahora cuenta con 850 socios y 700 clientes, la campaña también ha sido menor que el año anterior, ya que lo habitual es recoger entre 500.000 y 600.000 kilos de aceitunas y este año han sido 317.000, principalmente por la «ausencia de lluvias», comenta su tesorero, Abel Gómez, quien apunta que el rendimiento ha sido del 16% (16 litros de aceite por cada 100 kilos de fruto) y la calidad virgen extra. «Es un aceite totalmente natural, sin añadido», explica Gómez.
Y en la cooperativa sotillana, que funciona desde 1982 y que cuenta con 470 socios, su jefe de almacén, David Alfonso, asegura que «ha sido un año muy malo», con 90.000 kilos de aceituna recogidos y 13.500 litros molturados. Eso sí, a falta del análisis organoléptico, todo apunta a que el aceite obtenido será también este año virgen extra.