La atención a la dependencia y a la red de familias vulnerables son dos de los pilares básicos de los servicios sociales esenciales que se prestan desde el Ayuntamiento de Ávila. Un trabajo en el que se ve que durante los últimos años ha habido aumento en los servicios de ayuda a domicilio, comedor a domicilio y teleasistencia domiciliaria.
En el primer caso se observa un incremento constante desde 2014, año en el que se contaba con 540 usuarios en ayuda a domicilio mientras que en el último año se llegó a los 649. Es un «incremento positivo», reflexiona la teniente de alcalde de Servicios Sociales, Patricia Rodríguez, que en este caso supera el 20 por ciento. Explica la representante municipal que «nunca se han planteado generar lista de espera a pesar de que hay más usuarios y más horas de atención». Y ello a pesar de que se presta servicio a las personas de nivel cero no incluidas en la Ley de Dependencia con el derecho subjetivo y que aquí pueden recibir la ayuda en función de sus necesidades.
El aumento de los últimos años no se ve únicamente en el número de usuarios sino también en el incremento de las horas y del coste del servicio, que ya se situó en 2018 en más de 1,6 millones de euros con un ‘precio’ de 15,28 euros la hora.
En cuanto al comedor a domicilio, a pesar de ser «muy delicado», se ve que también aumentan los usuarios por lo que este incremento habla, dice Patricia Rodríguez, «de que el grado de satisfacción de los usuarios es bueno».
En cifras, durante 2018 se contabilizaron 186 usuarios de este servicio por los 126 de 2014. También en este caso se ha ido viendo un aumento año a año, que se traduce en el número de comidas que superaron las 43.000 en 2018 con un coste por unidad de 5,46 euros y un coste total que supera los 235.500 euros.
En esta atención a la dependencia no se puede olvidar la teleasistencia domiciliaria en cuya última licitación, que correspondió a Cruz Roja, ya se encaminaba a una «teleasistencia más avanzada según las necesidades del usuario». Esto significa que en algún caso, las personas mayores o dependientes optan por tener el pulsador y recibir la llamada del profesional porque «lo consideran suficiente porque se sienten seguros», pero también hay otros «aparatos más modernos con nuevas tecnologías por ejemplo con sensores de diferente tipo que se pueden implantar y estar más controlados». Este «es el futuro», señala Patricia Rodríguez.
En la teleasistencia domiciliara se llegó el pasado año a 295 usuarios. En este caso no se ve un incremento tan importante como en los apartados anteriores puesto que ya en 2014 eran 277. Es más en este caso el coste total se ha reducido de 54.000 a poco más de 41.000 euros.
familias vulnerables. La otra parte de la atención se realiza en el apoyo a la red de familias vulnerable donde destacan las ayudas a estados de necesidad, las conocidas como ayudas de emergencia que se pueden conceder a una familia cuando tiene una necesidad en un momento determinado.
Se trata de una partida «muy importante» para el Ayuntamiento y es por ello que aunque se hace una consignación al principio se realizan las modificaciones necesarias para que se cuente con fondos.
Respecto a la evolución en esta legislatura se ve que se ha producido un descenso, de 788 en 2014 a las 685 en 2018. Señala Patricia Rodríguez que esto se debe a que hubo un pico «muy importante con la crisis pero va bajando su número». Sin embargo, sí que se nota que hay un aumento de segundas y terceras ayudas concedidas a una familia lo que permite atender «más frecuentemente» ante necesidades, lo que también se ve en que el importe prácticamente no ha bajado. Es porque «en esta situación, lo que se necesite», señala la teniente de alcalde de Servicios Sociales.
Es cierto que aunque el número de usuarios ha bajado, prácticamente con cien menos que hace cuatro años, la influencia en el presupuesto es mínima y si entonces era de unos 343.000 euros en el último año ha superado los 329.000.
Fuera del acuerdo marco con la Junta de Castilla y León también se mantienen otras ayudas como es el caso de las que hay para agua, IBI y basura.
En las ayudas del agua, se cuenta con una tarifa social mientras que el IBI y la basura se subvenciona. En datos, se ve que si bien las ayudas a IBI y basura bajan respecto a los dos últimos años (de 271 en 2016 a las 206 en 2018) sí que hay aumento desde las 123 que había en 2014.
En el caso de la tarifa social del agua, el número de ayudas fue de 184 en 2018.
En cuento a la oferta de alojamiento alternativo, se contabilizaron 254 usuarios en 2018 que usaron este servicio 290 noches y con 266 comidas. El coste se acercó a los 16.000 euros.