Tarde histórica la vivida este sábado en Ávila con la salida extraordinaria en procesión de Nuestra Señora de la Soterraña, patrona de la ciudad, por sus céntricas calles para homenajear a los 'héroes' de la pandemia y de la lucha contra los incendios que este verano han asolado a la provincia y para agradecer a la Virgen su ayuda para que esta dura lacra pudiera mitigarse.

La basílica de San Vicente se llenó para la solemne eucaristía, presidida por monseñor Jesús García Burillo, obispo emérito de Ávila, con la que comenzaban los cultos, y a su conclusión se abría la portada norte del templo para la esperada salida de Nuestra Señora de la Soterraña a las calles de la capital.

La imagen de la Virgen, ataviada con uno de sus preciados mantos y velos y portada en esta ocasión por laicos en las andas procesionales de San Antonio de Padua, cedidas para la ocasión por su cofradía, se encaminó por la calle San Segundo en dirección a la plaza de Santa Teresa para ingresar al interior del casco histórico por el Arco del Alcázar y dirigirse por la calle de la Muerte y la Vida a la plaza de la Catedral, donde tuvo lugar, frente a la puerta del primer templo de la ciudad, el acto de homenaje a los héroes de la pandemia y de la lucha contra los incendios, plasmado en una oración del deán, Antonio Collado, ante la mirada de numerosos abulenses allí congregados, autoridades y representantes de las distintas devociones marianas de la diócesis y entidades de diferentes puntos de España como Sevilla, Olmedo y Santa María la Real de Nieva que rinden culto a la Virgen en sus advocaciones de la Soterraña, soterraño y Subterráneo que se sumaron a esta celebración.

Salida extraordinaria de La Soterraña por las calles de Ávila - Foto: David GonzálezTras esta parada, la procesión se dirigió hacia la plaza del Teniente Arévalo, donde se procedió a inaugurar la réplica de Nuestra Señora de la Soterraña que preside la fachada de la iglesia de San Ignacio de Loyola, y de allí, por el paseo del Rastro en encaminó hacia el Arco de la Santa para ingresar de nuevo intramuros. Y fue en ese momento cuando se produjo otro de los momentos históricos de esta celebración, pues la imagen de Santa Teresa tallada por Gregorio Fernández salió de la basílica de La Santa para recibir a sus puertas a la Virgen de la Soterraña en un año tan especial como es el IV Centenario de su Canonización. Un acto de gran carga simbólica, pues fue ante ella donde la Santa se descalzó para iniciar la reforma de la Orden del Carmelo.

Al término de este emotivo encuentro, la imagen de Nuestra Señora de la Soterraña inició su regreso hacia la basílica de San Vicente pasando por diferentes calles y plazas situadas intramuros como Pedro Dávila, Caballeros, Mercado Chico, Zurraquín, Esteban Domingo y Lope Núñez.