A lo largo del pasado año 228 personas se quitaron la vida en Castilla y León que, de hecho, es la tercera Comunidad donde los suicidios tienen mayor incidencia. Esta cifra solo es la punta del iceberg de una dramática realidad que afecta a muchas más personas, teniendo en cuenta que en nuestro país por cada suicidio consumado hay una veintena de intentos. Además, este problema no solo afecta a quienes terminan con su vida o lo intentan sino también a sus familias, que también se convierten también en supervivientes por suicidio. «Detrás de cada una de las personas que toman esta triste decisión quedan las familias, que se quedan solas, desatendidas, desprotegidas y con muy poca empatía por parte del resto de la sociedad», aseguró Emi Caídas, presidenta del grupo Hablemos, recientemente constituido en Ávila para prevenir el suicidio, atender estos duelos y ofrecer apoyo mutuo a quienes han pasado por esta terrible realidad que, para colmo, tiene que lidiar con el «desconocimiento» que la sociedad tiene sobre este tema.
Hablemos es un grupo de supervivientes que nace al comprobar como la cifra de suicidios se han incrementado, empezó explicando la responsable de esta asociación que con motivo del Día Internacional del Superviviente, que se conmemora cada 15 de noviembre, ha organizado una jornada de encuentro que se celebrará el próximo sábado, 20 de noviembre, a partir de las 17,30 horas en el Palacio Los Serrano gracias a la colaboración de Fundación Ávila y Caixabank. Tanto personas que han perdido a un familiar de este modo como aquellos que han tenido intentos de suicidio están invitados a asistir.
«Yo soy una madre superviviente al suicidio de mi hijo de 20 años, hace ya diez y medio», recordó Caídas para acto seguido asegurar que en aquel momento «me sentí muy sola y muy desprotegida». «No me gustaría que otras familias pasaran por lo mismo», lamentó para apuntar que lejos de la creencia popular que sostiene que éste es un tema tabú sí «hace falta hablar del suicidio pero de una forma correcta que nos ayude a prevenirlo».
«La prevención debe ser un trabajo conjunto de toda la sociedad y no solo debe partir de los profesionales de la salud mental», apuntó por su parte Beatriz Jiménez, psicóloga del grupo Hablemos, que insistió en que en este problema «todos somos agentes de cambio, con lo que cualquier persona puede ayudar a prevenir un suicidio y hacerlo solo con escuchar a una persona que esté sufriendo».
«El suicidio es multicausal, no hay un origen concreto, en cada persona ese sufrimiento proviene de una causa diferente», señaló la psicóloga que justo por ese motivo explicó que «estar ahí, escuchar y entender» tanto a quienes han tenido tentativas de suicidio como a los familiares que han perdido a un ser querido por este motivo es una de las formas en las que se puede prevenir este problema que también requiere de intervención a nivel educativo, de los técnicos de emergencias y de los medios de comunicación.
Al igual que ya ocurre con el famoso 061 de Violencia de Género también demandan los afectados por este problema la puesta en marcha de un teléfono gratuito de ayuda a estas personas y a sus familias, una promesa, recordó Caídas, que ya realizó el Gobierno de España y que esperan se ponga en funcionamiento cuanto antes y atendido por «profesionales que sepan encauzar y atender a quien llama».