Recuerda Álvaro Grande, el joven abulense que hoy se asoma a la contraportada de este periódico, que desde bien pequeño, y mientras otros niños de su edad pedían a los Reyes Magos Legos, Playmobil o equipaciones deportivas, en sus misivas a Gaspar, Melchor y Baltasar ya incluía mazas, pelotas y otros objetos para hacer malabares. Y es que ya entonces uno de sus juegos favoritos consistía en voltear y lanzar al aire esos presentes que recibía de los Magos de Oriente intentando que no cayeran al suelo.
Poco a poco, rememora este joven de 22 años, ese juego infantil se fue volviendo afición, aumentando la complejidad de los lanzamientos, el número de objetos lanzados y también los equilibrios realizados con éstos. «Cuando estás solo es difícil coger el impulso para poder seguir. Tienes que tener mucha fuerza de voluntad», confiesa Álvaro al hablar de las horas que al cabo de la semana ha dedicado durante años a los malabares, una disciplina que él ha ido aprendiendo de forma autodidacta gracias a su constancia y visionando muchos vídeos de profesionales en esta disciplina circense a la que también él quiere dedicarse. De hecho, este abulense llega este martes a Londres, ciudad donde durante los próximos dos años realizará un grado de Circo en el National Centre for Circus Arts (NCCA). Se trata de una de las escuelas de circo más prestigiosas de Europa, explica Álvaro, que es uno de los únicos 20 alumnos que este año tendrán la suerte de poder estudiar en este centro de formación en artes circenses de la capital del Támesis.
Diplomado en Magisterio con la mención en Inglés, reconoce Álvaro que en esta decisión de formarse profesionalmente como malabarista ha tenido mucho que ver el Festival Internacional de Circo de Castilla y León que acoge cada año la capital abulense y en el que él participa desde su primera edición; primero como alumno de los distintos talleres y en los últimos años colaborando con la organización. Es más, reconoce que en esa decisión de formarse en una escuela de circo europea ha influido el Festival Cir&Co, donde año tras año y a cargo de las más prestigiosas compañías ha podido presenciar «propuestas que solo se ven en grandes ciudades» y que han alimentado en él aún más las ganas de actuar bajo la carpa.
Y aunque su principal objetivo es formarse como malabarista, explica Álvaro que durante los dos años que pasará en Londres va a tocar todas las disciplinas del circo, así como otras materias que para los profesionales de esta ddd escénica resultan fundamentales como danza, teatro, nutrición o anatomía.
Álvaro, que tras la cuarentena que el Reino Unido impone a los españoles empezará su formación el 14 de septiembre, confiesa que algún día, quien sabe si como integrante de una compañía o con la suya propia, le gustaría actuar en Ávila dentro del Festival Cir&Co, cita que en su caso contribuyó a que tomara la decisión de que esa afición de niño se convierta en profesión.