Los latidos de la Muralla, como el corazón de Ávila que es, vuelven a escucharse desde el interior de Sofraga Palacio, que después de siete meses cerrado debido a la pandemia vuelve a tener  sus puertas abiertas de par en par, igual que lo están las de la fortaleza abulense, a la que este edificio singular lleva varios siglos adosado, contemplando la vida de Ávila y de los abulenses, pero también formando parte de ella. Hoy, el palacio que los Águila levantaron en el siglo XVI y cuya estructura y diseño se reconfiguró en el XIX hasta llegar a nuestros días, es un ejemplo simpar de puesta en valor de un edificio histórico. Al gastrobar y el restaurante inaugurados en 2015 tras una impecable rehabilitación del inmueble, todo un referente para abulenses y visitantes, se suma ahora un hotel cuyas habitaciones están estrenando los clientes estos días. Iniciar un nuevo proyecto empresarial -el del hotel- constituye todo un ejemplo de coraje y valentía en estos tiempos en los que el sector trata de levantar la cabeza después del durísimo golpe que la pandemia y sus restricciones le han asestado. De todo ello charlamos hoy con su director, Ismael Salgueiro, gallego que en el año 2000 recaló en Ávila para estudiar la diplomatura en Turismo en la Escuela de la Universidad de Salamanca y que, dos décadas después, está al frente de uno de los buques insignia de la hostelería abulense. «Cuando acabé los estudios universitarios me fuí a Barcelona a estudiar un máster en Dirección de Hoteles y Restaurantes y después ya a trabajar» en un ámbito profesional del que, confiesa, le «gusta todo». No en vano, en Sofraga Palacio empezó como maitre, después pasó a la subdirección y enseguida fue nombrado director. 

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?
Historia.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?
La vista de la Muralla y sus jardines desde fuera. También me gusta mucho el ambiente de la ciudad en verano; parece que  en Ávila hay dos ciudades en una: la del frío y la de cuando empieza a hacer buen tiempo.

¿Y lo que menos?
El invierno frío, cuando no ves a nadie en la calle, que sería lo contrario al verano abulense.

Un lugar para perderse …
Yo tiro para casa: soy de costa y tiro hacia el mar, hacia la costa de Lugo. En Ávila me siento como en casa, pero me falta el mar, es lo que más echo de menos. 

Un recuerdo de la infancia...
Los días de playa con la familia en verano.

 ¿Un personaje o persona abulense que le haya marcado?
Adolfo Suárez, un abulense que marcó el paso de un tiempo a otro. Para mí, un estandarte. 

El mayor cambio que necesita Ávila es...
Abrirse a lo nuevo, hace falta modernizar Ávila. Cuando digo abrir me refiero a todo: infraestructuras, transporte, empresas, ... Facilitar esa apertura. Hay otras ciudades que nos están ganando la batalla y no tienen cosas mejores que Ávila. 

Y Ávila tiene que mantener ... 
La cultura, el patrimonio. Igual que este edificio (Palacio de Sofraga) se ha restaurado, creo que puede hacerse con otros tantos ejemplos patrimoniales. Cuando yo vi las fotos de cómo era este edificio y cómo ha quedado tras la restauración me parece increíble, por eso creo que hay que facilitar la rehabilitación de edificios históricos bien con dinero público, bien con dinero privado, pero no permitir que ésto se pierda. 

¿Qué le parece la ciudad hoy día?
A veces me parece que es como una vela que se está apagando. Creo que no hay que permitir que se apague, tenemos que ayudar al pequeño comercio y a que la ciudad tenga vida. Cada día que pasa y veo que se cierra un comercio a mí me cae como una losa. Hay que mantener la ciudad con vida y la gente joven no lo tiene fácil ni para acceder a negocios ni para acceder a trabajos. Por eso hace falta cambiar esa tendencia. La pandemia lo que ha hecho es que Ávila tenga menos vida de la que tenía: cuando no sale la gente a la calle no consume y cuando no hay consumo, no se mueve el dinero y así acaba yéndose a otra parte, igual que se va la gente que no encuentra aquí trabajo. Aquí estamos cansados de ver gente de Ávila que celebra aquí su boda porque es de aquí pero trabaja en Madrid.

¿Cómo ve Ávila en el futuro?
Quiero llegar a verlo porque llevo muchos años aquí, ya me considero abulense, mi mujer también es de Ávila y me gustaría que creciera como ciudad. Creo que tiene recursos y potencial, pero no sé si hay voluntad. A mí me gustaría que Ávila fuera una ciudad un poco más tendencia. Yo comparo mucho Ávila con Segovia y siempre salimos perdiendo a pesar de que no tiene más. Allí saben explotar muy bien la ciudad pese a que Ávila tiene más monumentos. En Segovia lo están haciendo mejor en muchos aspectos, tanto la iniciativa pública como la privada. El AVE, por ejemplo, puede ser perjudicial para el turismo, pero beneficioso para la ciudad. Yo apostaría por crear más empresas y eso pasa por mejorar las condiciones del transporte y las comunicaciones para que se monten aquí oficinas y negocios. A nivel turístico, Ávila ya tiene un hándicap y es que al estar a una hora de Madrid la gente solo viene a pasar el día. Así es que hay que hacer algo para que los turistas pasen aquí más tiempo.

¿Qué puede aportar a la ciudad?
Espero que mi profesionalidad y buen hacer. Soy una persona que siempre trato de activar, de intentar uniones entre diferentes hoteleros para traer congresos y convenciones, sobre todo para llenar ese vacío que hay los días laborables porque los fines de semana se trabaja mucho pero la semana es muy larga y trabajando solo dos días cuesta mucho mantener los negocios. Me gustaría hacer muchas cosas. Ávila tiene mucho potencial.

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