Las consecuencias del incendio que afectó en agosto a más de 22.000 hectáreas de la Sierra de la Paramera se aprecian con nitidez con las intensas lluvias que toda la provincia ha sufrido en las últimas horas y especialmente en toda la zona del incendio Las lluvias han arrastrado arena, troncos quemados y todo tipo de material que se encontraba a su paso y lo ha transportado a los cauces de los arroyos. Esta situación ha provocado el taponamiento de algunos puentes que ha provocado también inundaciones en algunas zonas de varios de los municipios. Esta situación se ha repetido en localidades como Burgohondo, Sotalbo y especialmente en su anejo de Riatas, Villaviciosa (anejo de Solosancho), Mengamuñoz, San Juan del Molinillo, Navalmoral o Navalacruz. Estos arrastres han provocado innumeralbles problemas en la circulación en las zonas en las que se han producido estas inundaciones. Tal es el caso de la carretera local de Riatas que tuvo que ser cortada. O en la N-502, que la Guardia Civil tuvo que regular el tráfico en una zona donde los arrastres habían alcanzado la calzada, como confirma a este periódico la Subdelegación del Gobierno. También en San Juan del Molinillo, uno de cuyos puentes se lo ha llevado la crecida de la garganta. Esta situación ha generado el desbordamiento de los ríos en muchos de estos municipios y ha afectado a calles y lugares de los mismos.
En algunos sitios han sido puentes que se han taponado y en otro los arrastres han taponado los cauces y han originado pequeños desbordamientos e inundaciones. “En Villaviciosa, que llegué esta mañana, el arrastre de la arena, cenizas y lodo llegaba a las calles. Es la tónica en todos los pueblos afectados por el incendio”, señalaba Jesús Martín, alcalde de Solosancho, Villaviciosa, Robledillo y Baterna y diputado responsable del área de Desarrollo rural de la Diputación.
Martin se lamentaba que el agua caída está provocando también el destrozo de caminos rurales. Se trata de los caminos de acceso a las fincas, a captaciones, a la Sierra y a la zona de montes. “Es un proceso que se va a producir cada vez que llueva porque se volverán a provocar arrastres y el deterioro de todas las vías, porque no hay nada que contenga al agua la lluvia”.
En el caso de La Hija de Dios, las lluvias y los arrastres han afectado a las fuentes de donde se encuentran las captaciones para el consumo, por lo que han tenido que solicitar el suministro con camiones cisterna y agua embotellada, como otros muchos pueblos de la zona.
En este momento son seis o siete los pueblos que requieren de cisternas para el abastecimiento o de agua embotellada, comentab a Jesús Martín. Son los siguientes: Narros del Puerto, Mengamuñoz, Mironcillo, Riofrío, Solosancho (de una forma puntual), San Juan del Molinillo y volverá a comenzar otra vez Navalmoral.
La Diputación sigue ofreciendo el agua en cisternas o embotellada a aquellos municipios que lo necesitan, señalaba Muñoz, que señalaba que se servía el agua en cisterna de forma diaria y que de forma semanal, más o menos el agua embotellada.
También la Diputación ha enviado a los municipios más afectados por las lluvias torrenciales de las últimas horas a más de cien operarios de las cuadrillas de desbroce y del Servicio de Conservación de Carreteras para arreglar desperfectos, achicar agua y limpiar las zonas que han sufrido arrastres importantes. «Especialmente laboriosa ha sido la actuación en Riatas por parte de los operarios de Vías y Obras, pues el agua ha llegado a obligar a cortar la carretera que une este núcleo con Sotalbo», ha explicó Jesús Martín.
Burgohondo. Las intensas lluvias caídas durante la madrugada del jueves al viernes y la gran cantidad de troncos y maleza presentes en el agua se unieron ayer para provocar el desbordamiento de la Garganta de Navarredondilla, a su paso por la localidad de Burgohondo.
Un suceso que afortunadamente no causó daños personales pero sí materiales, al romper el agua (que llegó a pasar por encima del petril) la vaya del puente y colarse en dos sotanos cercanos a la zona.
El desbordamiento tuvo lugar a las tres de la madrugada. A esa hora, el agua salió del cauce de la garganta e inundó los sótanos mencionados y las calles adyacentes.
«Rápidamente ha llegado un camión de Bomberos de la localidad con dos operarios», confirmó sobre el terreno a Diario de Ávila el alcalde de Burgohondo, Francisco Fernández, «y desde esa hora, están limpiando».
El alcalde hacía estas declaraciones a nuestro periódico a las once de la mañana. Y efectivamente, aún a esa hora tanto los operarios municipales como un equipo de Conservación de Carreteras de la Junta de Castilla y León se afanaban por devolver a la zona la normalidad.
Y es que, además de toda la suciedad acumulada en las orillas del río, se hacía necesario limpiar el barro y los restos de maleza que el agua había depositado también en las calles cercanas.
Pese a todo, destacó Fernández, no hubo problemas a la hora de acceder a los centros educativos o de trabajo a primera hora de la mañana.
«La Confederación tiene que intentar limpiar los cauces de la garganta para que estas cosas no ocurran», aprovechó para denunciar el primer edil, que señalaba al equipo de Diario de Ávila presente en la zona el color negro del agua de la garganta, motivado por el terrible incendio que asoló la provincia el pasado 15 de agosto.
«Pero esto no es la primera vez que pasa», reflexionó también el alcalde. Si bien, afortunadamente, no es algo corriente, Fernández recordaba cómo la última vez que el arroyo de la garganta (que termina desembocando sólo unos metros más abajo en el río Alberche) se salió de su cauce fue hace 15 años. «Y hace 30 y 40 años también pasaba», recordó para Diario de Ávila. «Es que en cuanto se atasca, tiene que buscar su salida hacia la carretera», indicaba.
Junto al alcalde se encontraba también a esa hora de la mañana el delegado provincia de la Junta, Francisco José Hernández Herrero, que quiso agradecer al alcalde su trabajo y que destacó como se había actuado «de manera inmediata por el equipo de Conservación de Carreteras de la Junta», en colaboración con los operarios municipales y el alcalde.
«Es verdad que es un aspecto clave la limpieza del cauce de los ríos para evitar desbordamientos», se refirió también al trabajo previo que debe hacerse para prevenir sucesos como el acaecido esta noche.
Y, por último, reflexionó sobre como cada vez hay más «circunstancias y fenómenos naturales que nos hacen una llamada a la reflexión del cambio climático».
A las 17 horas se produjo una intensa tromba de agua y granizo durante más de diez minutos minutos en Arenas de San Pedro. Algunos granizos eran gordos como aceitunas. Está siendo un septiembre muy lluvioso y tormentoso en esta localidad del Valle del Tiétar