Cuando acaban de celebrarse las XII Jornadas Gastronómicas 'Tostón de Arévalo (Cochinillo Asado)' es bueno recordar esta tradición culinaria, el estandarte de la gastronomía arevalense que ya está en su edición doce, después del paréntesis de la pandemia, y es importante que continúe la tradición de este acontecimiento gastronómico para los sentidos de tantos arevalenses y visitantes que valoran, conocen y reconocen que este es nuestro plato estrella dentro de una rica gastronomía, castellana y característica de la zona de asados.
Y ha comenzado con buena estrella y el éxito acostumbrado, es todo un referente conocido y esperado, y todo ello a pesar del palo para el viajar que nos están dando los descomunales precios de los combustibles, que asustan al viajero y retrae el viajar. Aún así, aquí han estado estas jornadas para decir a los cuatro vientos el valor indiscutible de aromas, olores y sabores de este plato típico de nuestros ya de por sí extraordinarios asados en horno de leña.
El primer fin de semana ha sido de gran éxito por la asistencia de gentes que no faltan a la cita de la gastronomía arevalense, que fue creciendo paulatinamente.
Una tradición culinaria de muchas connotaciones históricas, lo mejor de nuestras cocinas y fogones, como diría Julio Escobar, ese gran escritor arevalense, y no sólo de novelas costumbristas, en lo que destacó este hombre de letras, sino que fue el primero que publicó guías gastronómicas, y viajes culinarios a las cocinas tradicionales españolas, con especial énfasis y conocimiento de la cocina castellana. Como dejó plasmado en dos importantes obras, su libro 'Itinerarios por las cocinas y bodegas de Castilla', de 1965 es su primera edición, con la portada e ilustraciones de Máximo. De él se realizaron numerosas ediciones sucesivas que granjearon que su libro fuera declarado de «Interés turístico» por el entonces Ministerio de Información y Turismo. El primer libro de cocina y de viajes gastronómicos, que luego le seguirían innumerables obras y autores.
La otra gran obra sobre gastronomía fue su colaboración especial en el libro del mesonero Cándido, 'La cocina española', en el que intervino con el capítulo 'Castilla la Vieja. Castilla y Cándido, su Mesonero Mayor', en las que recoge su amplia sabiduría y dominio de este tema de la gastronomía, e incluso ya plantea la dualidad de tostón-cochinillo entre Arévalo y Segovia.
Como escribió Luis López Prieto, en su bellísimo soneto Hegemonía,
«Se permite apostar por Peñaranda,
por Medina, Segovia o Piedrahíta,
ya que cualquiera de las cuatro pita
bastante bien en esta zarabanda.
Pero Arévalo está fuera de tanda
y, en tal torneo, no hay porqué compita,
¡es el amo y señor!, la fama grita
pues no hay que discutir: ¡Quién manda, manda!
Con argumentos claros y rotundos,
luchan otros para ser segundos,
porque el puesto de honor está ocupado.
Y aunque Julio Escobar el pleito admite,
jamás habrá quien a este pueblo quite
la hegemonía en el Cochinillo Asado.
Tengo que recordar que en el informe histórico que sobre el Tostón de Arévalo realizó el Cronista que escribe estas líneas, recogí muchos aspectos históricos y tradicionales de este plato emblemático de nuestros fogones, e incluí algunas notas de este maestro y escritor Julio Escobar, donde se recoge la síntesis del bagaje sobre los entresijos de nuestro tostón, incluido su nombre, también se incluyó el conocidísimo poema de Marolo Perotas sobre el TOSTÓN. Fue un trabajo o informe para el expediente en el que fue declarado «Marca de calidad», y también fue verdaderamente una experiencia fuerte en la investigación histórica, en la documentación de muchos de sus aspectos, de los aportes documentales, literarios y bibliográficos que enriquecieron aquel relato, además del componente gráfico que complementó el escrito. Un trabajo del que me siento muy orgulloso, como arevalense, pero también como Cronista, porque me permitió adentrarme en las interioridades de nuestro «TOSTÓN de Arévalo» y colaborar en esa declaración tan importante para la promoción de nuestra gastronomía.
Para finalizar estas líneas, quiero resaltar la labor divulgativa de la asociación de hosteleros arevalenses 'Asadhos' y los maestros asadores que la componen, que cuidan y velan por mantener la pureza de nuestro más preciado patrimonio gastronómico.