El líder del Partido Popular, Pablo Casado, se encuentra de gira por las comunidades autónomas en las que la formación conservadora gobierna. El líder popular descentralizó su convención nacional por las regiones donde su partido político tiene el poder, que desembocará en un acto central y de colofón el próximo domingo en Valencia. En estos foros deben establecerse las bases de actuación para la recta final del mandato. Visitó Galicia, donde contó con la complicidad del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, y fue arropado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoó, y ayer estuvo en Castilla y León, con Alfonso Fernández Mañueco. Mañana está previsto que haga lo propio en Sevilla con Juan Manuel Moreno, donde contará también con la intervención del expresidente del Gobierno José María Aznar; del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y del opositor venezolano Leopoldo López, entre otros.
En Valencia, donde no gobierna el PP, tendrá como invitados al canciller austriaco, Sebastian Kurtz; al primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, y al líder de los populares en la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón. En estos cónclaves populares también participan políticos como Alejo Vidal Quadras, ex presidente del PP en Cataluña, que dejó el partido y fue uno de los fundadores de Vox, Carlos Girauta, exportavoz de Ciudadanos, y sindicalistas como José María Fidalgo, ex secretario general de CCOO.
Pablo Casado lanza una ofensiva total para optar a ocupar La Moncloa después de las Generales de 2023. Está en un momento crucial de la carrera hacia la Presidencia del Gobierno y lo sabe. Por eso, intenta aunar a los barones en su entorno. Sabe que si surge cualquier desavenencia territorial, por pequeña que sea, su proyecto se verá mermado seriamente, por lo que debe crear un frente común para luchar por la victoria en las urnas. De ahí que hay descentralizado la convención: otorga mayor protagonismo a los líderes regionales.
Además, la inclusión de determinados exdirigentes de Vox o Ciudadanos supone un intento claro de recuperar a los votantes del PP que se fueron desencantados hacia esas formaciones. Es un intento por ensanchar la base del Partido Popular y que la mayor parte de la derecha vuelva a tener como referencia a los populares.
Pablo Casado sabe que está ante un momento crucial de la legislatura y que una convención donde las filas se cierren en torno a él puede suponer un antes y un después y colocarle en la primera posición para desbancar a Pedro Sánchez de la Presidencia del Gobierno.
El envite se fragua en las próximas semanas, habrá que ver si va de farol o lleva jugada ganadora.