Con el fin de seguir poniendo en valor la cultura y el patrimonio locales, el Ayuntamiento de Piedralaves ha rehabilitado del antiguo ‘Pozo de la Nieve’, situado en el paraje de Los Hornillos, gracias al programa ELTUR (subvenciones de 2019) que ofrece la Junta de Castilla y León para la contratación temporal de desempleados para la realización de obras y servicios de interés general y social relacionados con actividades en el sector turístico y cultural.
Esta recuperación que acaba de concluir, según explican desde el gobierno municipal, se ha convertido «casi en una obra de arqueología, ya que estaba totalmente sepultado de tierra. Una vez se comenzó la excavación pudimos ver que las paredes estaban intactas así que se procedió a su vaciado».
El pozo tiene una profundidad de cinco metros, y desde su entorno se puede disfrutar de las grandes vistas en el mirador hacia ‘Matavacas’ y descansar en los bancos de piedra situados alrededor del mismo, «todo esto y mucho más en un marco incomparable como es este paraje», subrayan, al tiempo que indican que este vestigio será el eje de una nueva ruta de senderismo que, a falta de la cartelería de la historia, tendrá una señalización con los colores morado y amarillo, y contará con dos puntos de salida, desde el aparcamiento de la Nieta y desde Los Hornillos. «Con esta nueva ruta sumamos otra más a la oferta turística con el propósito de poner en valor el paraíso natural donde está enclavado nuestro pueblo de Piedralaves», subrayan desde el Ayuntamiento, al tiempo que expresan su agradecimiento a los operarios que han acometido las obras.
SU HISTORIA. La actividad de los neveros artificiales es conocida desde tiempos de los romanos (200 a. C.). Su gran desarrollo tuvo lugar entre los siglos XVI Y XIX y fueron utilizados hasta el siglo XX, cuando, con la invención de las máquinas frigoríficas, aparecen las fábricas de hielo y más tarde los frigoríficos domésticos, caen en desuso. Hasta ese momento la conservación de alimentos se realizaba gracias a la salmuera, los adobos, los ahumados, las conservas o el aprovechamiento de la nieve. Este último sistema fue la base para un trabajo y una profesión que pervivió hasta aproximadamente 1931.