Una fuerte tormenta eléctrica caída a primera hora de la tarde de este martes en la zona entre Villalba y Las Matas (Madrid) provocó retrasos en todos los trenes que a partir de entonces circularon por la línea que une la capital de España con Ávila. Según explicaron desde Adif, los rayos provocaron en torno a las tres de la tarde una avería en sus instalaciones que afectaron tanto a la catenaria como al centro de mando. En concreto, primero se produjo un corte de tensión que derivó en la pérdida de señal en este tramo.
Fuentes de Renfe indicaron que dicha incidencia estaba provocando retrasos generalizados que oscilaban entre los 40 y los 60 minutos en los trenes que circulaban por la zona de Villalba, debido a que la pérdida de señal obligaba a los maquinistas a transitar por el lugar extremando las precauciones e incluso a realizar paradas intermitentes de aproximadamente diez minutos de duración.
Desde el primer momento que se detecto la avería, según apuntaron desde Adif, se establecieron rotaciones selectivas de trenes, es decir, que unos convoyes pasaban y otros no, en el tramo de vía que discurre entre los municipios madrileños de Torrelodones y El Pinar de Las Rozas. Todo mientras los operarios de Adif intentaban solucionar el problema, aunque al cierre de esta edición todavía no tenían una previsión sobre cuándo se restablecería el servicio con normalidad.
Los afectados. En la estación de trenes de Ávila confirmaron que el primer tren que llegó con retraso procedente de Madrid fue el de las 16,58 horas, acumulando demoras desde ese momento el resto de servicios que procedían o se dirigían a la capital de España.
Varios usuarios afectados consultados por este periódico comentaron que durante el viaje les habían comunicado que los retrasos obedecían a la lluvia eléctrica, pero sin especificar nada más. Así, hasta la llegada a Villalba los trenes circulaban a menor ritmo del habitual e incluso sufrían algún parón de diez minutos, que se repetían una vez pasada la estación de esta localidad madrileña.
«Se ha hecho bastante largo», comentaba una viajera que llegó a la estación abulense a las 19,07 horas, es decir, con un retraso de 35 minutos sobre el horario previsto inicialmente.
Mientras, en la estación fueron varios los usuarios que se interesaron por el motivo de las demoras y no dudaron en preguntar al personal de la taquilla, que desde el primer momento estuvo perfectamente informado de la incidencia a través de sus ordenadores. Además, los paneles de información de los trenes recogían los retrasos de cada servicio y los horarios estimados de llegada y salida de cada uno.