El primer fin de semana completo sin restricciones de movilidad en el territorio español se dejó notar y mucho en Ávila, con la masiva llegada de turistas y de personas que tienen sus segundas residencias en los pueblos de esta provincia, especialmente procedentes de Madrid, pero también de otras provincias de Castilla y León. Zonas como el Valle del Tiétar o la comarca de Alberche-Pinares vieron como la población en sus municipios prácticamente se triplicaba, si bien el comportamiento de la gente fue, en líneas generales, bastante responsable y no se registraron incidentes importantes.
En Arévalo, según explicó el alcalde, Francisco León, vino «muchísima gente, especialmente de Madrid, aunque también de otras provincias, porque aquí tienen sus segundas residencias». A ello se unieron las comuniones y una conferencia sobre los comuneros, que hicieron que «Arévalo fuera el sábado un hervidero de gente y los restaurantes estuvieran prácticamente al completo», apuntó el regidor, quien añadió que «lo necesitaban, porque estaban bastante enfadados después del palo que supuso el cierre durante la fiesta de la Comunidad y el 2 de mayo, festivo en Madrid».
Y aunque la Policía Local tenía «órdenes concretas de educar, porque ha acabado el estado de alarma pero no el coronavirus, y estuvo dando vueltas por las zonas donde habitualmente se juntan más personas», en general «la gente disfrutó del fin de semana, pero con bastante cabeza», aseguró Francisco León.
El alcalde de Arenas de San Pedro, Juan Carlos Sánchez Mesón, por su parte, aseguraba que por supuesto que se ha notado el fin del cierre perimetral en su localidad. Han sido muchos los propietarios de segundas residencias que han vuelto a Arenas, procedentes sobre todo de Madrid pero también de la vecina Talavera de la Reina (de Toledo). Son, estima, muchos meses los que han estado sin venir y quieren«comprobar cómo están sus casas» y por supuesto también «recuperar ese contacto con la naturaleza». En cuanto al prototipo de ese visitante/vecino asegura que hay un poco de todo, hay gente joven que «se ha comprado aquí una segunda vivienda o que ya la tenían de la familia» y también hay gente «mayor que cuando llega a la edad de jubilación se empadrona y se establece aquí». Algo que por supuesto tiene una lectura para él muy positiva y es que se nutre la cifra del padrón. Ya llevan unos años que es así y eso se agradece porque el saldo entre natalidad y mortalidad es negativo y ganar población es importante. Cuantificaba que la proporción entre nacimientos y fallecimientos está en 30 a 90 y eso deja un saldo de -60 aún así es probable que sumen en la próxima revisión del padrón los 150 ‘nuevos’ vecinos.
Sobre todo hablamos con Mesón del primer fin de semana sin cierre perimetral y a ese respecto aseguraba que «los turistas también han sido muchos este fin de semana, de hecho hablando con los propietarios de casas de turismo rural éstas han estado completas» y como ellos las terrazas de los bares. No hay que olvidar que, por incidencia, el interior de la hostelería está cerrado, aunque el alcalde confiaba en que hoy el consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León les diera el visto bueno para abrir el martes ya que esa incidencia está ahora casi 30 puntos por debajo de los 150.
El incremento poblacional está claro que se ha notado en un fin de semana en el que además el tiempo ha acompañado.En general la gente respeta las medidas de seguridad vigentes «aunque siempre hay que recordarlo». De momento no se ha incrementado la presencia policial en las calles, máxime porque cuentan con una plantilla de nueve agentes a los que tendrán que añadir otros cuatro (algo que «hemos delegado en la Junta de Castilla y León, la convocatoria», se refería el regidor), pero a buen seguro con el paso de los meses y la llegada del verano habrá que incidir en ello. Ya de hecho se empiezan a notar los botellones, algo que vigilan y por ello han clausurado varios parques para evitarlos y cierran, de 22 horas a seis de la mañana, algunos otros, pero «ahora se van al extrarradio». Dicho esto manifestaba que tampoco se había desmadrado en exceso la situación. Será como decíamos para el verano el incremento de vigilancia, para lo que también cuentan con la Guardia Civil. Y es que «aquí como en muchas zonas del Tiétar la población sobre todo en agosto se triplica». El caso es que han recibido a muchos visitantes a los que se les nota las ganas de salir y que se han visto motivados por el buen tiempo. «Las calles están llenas, al igual que las terrazas prácticamente de 12 de la mañana a 12 de la noche», finaliza.
Y como en Arenas en otros muchos puntos de la geografía abulense. Sotillo de la Adrada fue otro de los municipios que tuvo una gran afluencia, aunque como apuntó su alcalde, Juan Pablo Martín, reinó la «normalidad». «La mayoría de las personas vinieron a su segunda residencia a comprobar su situación y a limpiar los jardines», explicó el regidor, quien aseguró que «en el Ayuntamiento estamos satisfechos por la recuperación del flujo de personas y por que no se hayan detectado problemas específicos de comportamientos indebidos ni circunstancias que podamos considerar anormales».
Eso sí, fue necesario reforzar el servicio municipal de limpieza, aunque en cuanto a seguridad y ordenación del tráfico, pese a que el sábado hubo vacunaciones, todo transcurrió con normalidad, «sin nada excepcional», señaló Martín, quien añadió que «el comportamiento ha sido ejemplar».
En la misma línea, en Navaluenga hubo este fin de semana «casi tanta gente como en Semana Santa», comentó su alcalde, Armando García, quien precisó que «hemos tenido por encima de las 10.000 personas, en base al consumo de agua y a los kilos de basura que se han llevado a la planta de transferencia».
Armando García explicó que de cara a este fin de semana habían preparado «un plan especial, sobre todo dedicado a posibles averías» y de hecho «tuvimos que atender con el personal de urgencia más de cien avisos por roturas de contadores e instalaciones en el acceso al agua potable de viviendas que habían permanecido cerradas durante más de seis meses, pero todo estaba previsto porque sabíamos que podía ocurrir». También el dispositivo de Protección Civil estuvo muy activo y tuvo que intervenir en un conato de incendio.
«Navaluenga es un municipio en el que estamos muy acostumbrados a esta sobrepoblación en momentos puntuales como fines de semana, festivos o el periodo estival, y lo tenemos muy bien organizado», señaló el alcalde, quien destacó que también la hostelería tuvo «un movimiento tremendo, especialmente bares, casas rurales y restaurantes con todas las mesas reservadas. El sector ha comenzado a respirar».
Para Armando García, «la luz al final del túnel está cerca y si la vacunación sigue los pasos que está llevando, no tardaremos mucho en tener una normalidad relativa para trabajar como los veníamos haciendo antes de la pandemia».
Hablamos también con el alcalde de Cebreros, Pedro Muñoz, quien afirma que ha sido sin duda un fin de semana de «ambientazo» propiciado por «el buen tiempo y una primavera que tenemos espectacular». La mayor parte de sus ‘nuevos’ vecinos son propietarios de segundas residencias, son precisamente gentes «cumplidoras que no habían podido venir en todo este tiempo de restricciones y que tienen todo el derecho del mundo a comprobar cómo están sus hogares». Para con ellos mostraba «todo el respeto» puesto que «son un mayoritario grupo de gente que ha respetado las normas». Pero claro como los cumplidores y la gente que respeta las normas, también hay gente que en ésta y otras parcelas de la vida no lo hace y aunque son los menos, preocupan. Pone en valor Muñoz el hecho de que el suyo es uno de los municipios de Ávila que lleva más tiempo sin tener casos, precisamente gracias a que se ha cumplido, pero en el recuerdo queda el cribado masivo que siguió al periodo navideño en el que no todo el mundo hizo caso a las restricciones.
En cualquier caso entiende la vuelta, agradece la llegada de visitantes, que también los ha habido en cantidad y pide que se respeten las normas para poder seguir por el buen camino porque «la economía debe reactivarse», aunque con seguridad. Desde luego el fin de semana ha dejado una imagen inmejorable en los establecimientos hosteleros que además recuerda «han aguantado bien» en la pandemia pues «la inmensa mayoría no ha tenido que cerrar». La reactivación económica se tiene que producir «pero con respeto». Un respeto que es importante porque una vuelta atrás en las cifras «hará que vayamos más despacio en el programa de desescalada».
En la vecina localidad de El Tiemblo, su alcaldesa Henar González aseguraba que «se ha notado la apertura de comunidades. En nuestro caso, por la cercanía a Madrid y la cantidad de segundas viviendas... ha aumentado mucho la afluencia de turistas este fin de semana». Ayer mismo en El Castañar había alrededor de 30 coches, no en vano es uno de los imanes para el turismo en el municipio tembleño y es que son muchos los que buscan la tranquilidad de estar en mitad de la naturaleza. Para la regidora, sin duda «la gente tiene ganas de normalidad. Pero deben ser muy conscientes y respetar las normas sanitarias». De hecho sí se ha notado en los bares ese cumplimiento tanto en las distancias como en los aforos».