Maribel Morales y su familia, procedentes de Castrillo de Tejariego (Valladolid), cruzaban el umbral de la Catedral de Ávila al mediodía de este viernes festivo sin saber que si hubieran intentado hacerlo un día antes no habrían podido entrar a conocer el interior del primer templo abulense, su claustro y el museo catedralicio. «No sabíamos que reabría hoy después de tantos meses cerrada, hemos tenido suerte», comentaba la mujer, mientras el grupo familiar se organizaba para iniciar el recorrido, para el que al comprar las entradas se les facilita la descarga un código QR que les va sirviendo de autoguía, explicándoles los hitos más destacados de la Catedral en dos versiones: convencional y para niños.
En el coro encontramos a Ángel, Sonsoles y Lola, también vallisoletanos de visita turística en Ávila aprovechando el festivo del Día de Castilla y León, como la inmensa mayoría de las personas que recorrían este viernes el casco histórico abulense y sus principales monumentos. «Es la cuarta vez que vengo a la Catedral», nos confesaba Ángel, «pero hoy me está gustando más que nunca, no sé si es que ahora está mejor iluminada», elogiaba mientras sostenía su teléfono móvil, que iba dándole las explicaciones técnicas de cuanto iba viendo. «No había usado nunca estas audioguías, pero me parecen muy útiles», comentaba.
Él, igual que dos palentinos que buscaban la calle San Segundo para tomarse un vino, es de los que no quiso desaprovechar la oportunidad del día festivo para hacer turismo dentro de la Comunidad, que es lo que de momento nos permite el cierre perimetral. «Hay que empezar a salir y tirar del carro de la economía, que si no ésto se va a pique», apuntaban los dos hombres de Palencia.
María, salmantina que visitaba Ávila junto a su pareja, añadía otro motivo para el viaje hacia Ávila: «Estamos cansados después de tanto tiempo en casa y con los movimientos limitados, necesitamos algo de aire, ver otros horizontes, por eso hemos decidido hacer esta excursión», nos contaba.
Algunos de ellos se acercaron también a conocer la Basílica de San Vicente, que también reabrió ayer sus puertas al turismo, igual que el Museo de Santa Teresa, aunque en este último vemos menos afluencia, quizá porque se encuentra en un lugar más discreto.
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