Si preguntas en Ávila por un sitio de referencia para comprar conservas y legumbres, con total seguridad te indicarán una pequeña tienda de poco más de 30 metros cuadrados situado en pleno corazón de la ciudad, en la calle Gabriel y Galán, que todavía conserva el aroma de esos comercios tradicionales de ultramarinos que con la llegada de las supermercados, primero, y de las grandes superficies, más tarde, fueron desapareciendo de los barrios. Hablamos naturalmente de 'La Casa de las Mejores Conservas', hoy regentada por Sonsoles del Pozo, pero que tiene en su padre, Ángel del Pozo a su fundador allá por el año 1958.
Originariamente, este establecimiento fue una tienda de bombones de la familia Martín Presa, que fue quien se la traspasó a finales de los años 50 a Ángel del Pozo. «Desde entonces llevamos aquí luchando porque esto es una lucha diaria», comenta Sonsoles, que comenzó a trabajar en el negocio familiar a los 17 años. «Mi padre trabajaba de chico de los recados y cogió la tienda y la cambió, metiendo todo tipo de comida dentro de sus posibilidades, porque fueron unos años muy duros», recuerda. Como anécdota, explica Sonsoles que «cómo apenas tenía dinero para montar el negocio, ponía cajas vacías para que no viera la gente que no tenía género, así empezó».
Luego fundaron en Ávila una cooperativa formada por más de 70 tiendas pequeñas, y Ángel del Pozo se dedicó dentro de la misma a comprar conservas para todos los comerciantes de la cadena. Pero con la llegada de los supermercados, primero de gente de Ávila y más tarde también de fuera, muchas de las tiendas pequeñas fueron cerrando, unas por la crisis, otras por jubilación... y esa cooperativa desapareció, aunque Ángel del Pozo siguió adelante con su negocio, ya comprando directamente de fábrica. «Y yo sigo haciéndolo igual, con casas que ya son de cuarta generación», indica Sonsoles, quien apunta que «lo que más vendemos son conservas, aunque también quesos, fiambre, y luego 'los olvidos', como cualquier tienda pequeña».
«O te especializadas, como hemos hecho nosotros, o cierras», señala Sonsoles del Pozo, quien explica que «hemos metido más productos de conservas y mucha legumbre porque viene mucha gente de fuera que ya nos conoce, sobre todo de Madrid, pero también productos más especializados para acercarse a un cliente más joven». Yes que actualmente en esta tienda compra hasta cuatro generaciones de una misma familia. «La gente hace la compra grande en los supermercados, pero vienen a mi tienda a por una buena legumbre y una buena conserva», comenta Sonsoles, para quien las claves para mantener abierta cada día la puerta de este negocio durante 66 años son «personalizar la venta, no engañar al cliente bajo ningún concepto y tener seriedad y constancia en el trabajo» porque como dice, «lo mejor de la tienda son los clientes y mi tienda está abierta por su fidelidad». «Las claves pasan por el día a día, por intentar servir a todo el mundo y que salgan contentos, porque así volverán».