Relatos de realidad de ayer y de hoy

Óscar del Hoyo (SPC)
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La ganadora, Paloma Sánchez-Garnica, y la finalista, Beatriz Serrano, analizan sus obras 'generacionales', con mujeres como protagonistas, pero opuestas en el tiempo y la narrativa

La periodista Beatriz Serrano y la escritora Paloma Sánchez-Garnica compartieron momentos de complicidad - Foto: Toni Albir (EFE)

Dos novelas generacionales, protagonizadas por mujeres, pero diametralmente opuestas en el tiempo y en la narrativa. La ganadora del LXXIII Premio Planeta, Paloma Sánchez-Garnica, y la finalista, Beatriz Serrano, vivieron ayer una dulce resaca y desgranaron, intentando evitar spoilers, las líneas generales de sus dos novelas -Victoria y Fuego en la garganta- que verán la luz el próximo 6 de noviembre con sendas tiradas de 210.000 y 90.000 ejemplares, respectivamente. 

Sánchez-Garnica quiso dejar claro que, aunque su obra se sitúa en un momento histórico determinado -13 de agosto de 1961- en un Berlín ocupado, hambriento y dividido, en los EEUU de la segregación racial y el macartismo, y los gulag soviéticos, Victoria no es una novela histórica, sino de personajes, protagonizada por tres mujeres que tratan de subsistir en un momento «complicado». «Creo que la ficción cuenta mejor la realidad. Cuando acabé Últimos días en Berlín -obra con la que ya fue finalista del Premio Planeta en 2021- tenía curiosidad por saber qué pasó exactamente en esos años de la Guerra Fría. Parece que los seres humanos no entendemos el pasado», apuntó la flamante ganadora del galardón literario, que desveló que cuando está en pleno proceso de escritura no manda en su historia y que no para de leer sobre  la época en la que escribe y de ver películas relacionadas con ese espacio temporal, como Buenas noches y buena suerte, título bajo el que se presentó al certamen. 

La autora puso mucho énfasis en la necesidad de que la prensa sea libre y del derecho de la ciudadanía a escuchar. «La libertad de prensa es una obligación. La prensa es incómoda y debe ser incómoda con el poder, aunque también tiene su lado oscuro, esas dos caras del periodismo», manifestó Sánchez-Garnica, que detalló la fascinación que siente por una ciudad como Berlín, donde «hay mucho que explorar y cada rincón tiene una historia».

Por su parte, la periodista Beatriz Serrano puntualizó que no sabría decir a qué género pertenece su novela y que le gustaría que fueran los propios críticos y lectores quienes la catalogasen. Fuego en la garganta es una obra de silencios, de traumas familiares, de salud mental. «Hay un hastío generalizado. La gente de mi generación no vemos la luz al final del túnel», aseveró Serrano, que considera que estas nuevas formas de comunicar -a través de aplicaciones digitales o redes sociales- son «nuevos códigos que están generando a su vez nuevas narrativas».

Blanca, la niña protagonista de su novela «iniciática», traumada por la ausencia de su madre, que abandona a la familia, se va convirtiendo en una adolescente gótica que se refugia en internet para conectarse con el mundo y es capaz de hacer oscuros milagros.