Todos podemos recordar como coincidiendo con los años llamados 'buenos' de la construcción, se llevaron a cabo muchas obras en la ciudad, –porque había recursos, está claro– recuperando viejos y nobles edificios para lo que entonces se llamaron vulgarmente 'contenedores' culturales.
Eso ha permitido que muchos de los espacios de carácter cultural con los que hoy cuenta la ciudad puedan tener una continua actividad, más o menos numerosa según la programación, la fecha y la calidad, pero de manera permanente.
Sin embargo, y pasando al ámbito de las instalaciones deportivas, y a pesar de que en estos últimos años se han realizado, se están realizando y se van a llevar a cabo mejoras de mantenimiento en algunas de ellas (como en el vetusto polideportivo de San Antonio), y que se ha construido alguna otra como el CUM Carlos Sastre, lo cierto es que escasean las instalaciones deportivas, lo que produce situaciones anómalas que se repiten una y otra vez, como que jóvenes jugadores se vean obligados a cambiarse en la calle en pleno invierno antes de sus partidos.
Probablemente esta situación se pueda aliviar con mejor planificación, evitando errores de la Federación en horarios y dando más espacio entre las competiciones, pero esto no atajará el problema de raíz. Las instalaciones son las que son, y los contendientes son varios cientos cada semana. En los pueblos, donde también hay varios partidos cada fin de semana, será muy raro que se produzca esta situación porque sus instalaciones acogen menos enfrentamientos deportivos, y la planificación es más sencilla.
Que la ciudad de Ávila pueda desarrollar instalaciones deportivas debería ser una prioridad municipal, entre otras cosas, porque dentro de sus competencias. Y probablemente el deporte, vinculado a instalaciones sostenibles, pueda tener respaldo desde los fondos europeos o subvenciones estatales o autonómicas, ya que serían inversiones que, dada la actual situación económica municipal, serían complicadas de llevar a cabo por sí mismo.
Los clubs de futbol base siguen sin tener esas dignas casetas con luz (menuda cosa básica) que se les prometió, los vestuarios y los campos se quedan escasos... el gran estadio Adolfo Suárez no mejora o no puede mejorar por los condicionantes hidrográficos, a pesar de que cada vez acude más público... Incluso las pequeñas pistas en la ciudad se quedan cortas para dar una opción más de sano ocio deportivo a los jóvenes de Ávila... Y no hay ningún plan para revertir esta situación.
¿Que ni es fácil ni es barato? Pues claro que sí. Pero es cuestión de ordenar las prioridades de la ciudad.