«Lo que más me gusta es la tranquilidad y la seguridad»

B.M
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Nuevos abulenses: Nelson Ramírez

«Lo que más me gusta es la tranquilidad y la seguridad» - Foto: David Castro

Nelson Ramírez es originario de Colombia pero ahora ya está adaptado completamente a Ávila donde valora la «tranquilidad y seguridad» y donde, después de varios trabajos, incluyendo camarero, ahora ejerce como mecánico de motos mientras estudia Automoción.

Recuerda que vino a Ávila porque estaba aquí su hermano y se animó. Su meta entonces era ir a Australia y usar esta parada como trampolín. Pero esto fue en 2007 y aquí sigue, aunque sin renunciar a su sueño. «En teoría venía a conducir camiones» dejando atrás Colombia donde trabajaba en un sitio de electrodomésticos pero al final se quedó «de camarero, como todos». Así estuvo unos años pero no olvidaba que le apasionaba «el mundo del motor» así que decidió seguir este camino, compaginando al principio ambas cosas hasta que dijo que «ya no más».

Y por eso comenzó a estudiar y a sacarse cursos de mecánica de motos y reparaciones de coches y ahora está estudiando de nuevo en formación profesional un grado superior de Automoción. Es decir, por la mañana estudia y por la tarde trabaja de mecánico de motos en Hidauto Motor.

Ya han pasado 17 años desde que Nelson llegó a Ávila y aquí tiene a su esposa y han crecido sus hijas. Su vida está más que arraigada y de aquí valora «la tranquilidad y la seguridad», una sensación que no tenía en Colombia porque «aquí se puede salir a la madrugada, salir de noche o salir a la una de la mañana a pasear el perro. Allí es inviable. Aquí uno puede hacer lo que quiera y no pasa absolutamente nada». Y no es solo esa sensación, sino también que ha «conocido muchísima gente que me ha abierto mucho su corazón» por lo que la familia está «encantada aquí». 

Eso no elimina que eche de menos cosas de su tierra. Lo que más, «el ambiente de allí, las comidas, la fiesta con la familia porque mi casa era donde se hacían todas las reuniones familiares de mis tíos y mis primos. Lo siguen haciendo todavía, pero ya sin nosotros. Es lo único que extraño y poca cosa más porque ya, como cada uno va haciendo su vida, los compañeros se van para lados diferentes». Amigos como los que tuvo en el colegio o en la universidad (estudiaba Ingeniería Ambiental) y que ya tienen cada uno su camino.

Parece curioso que de la ingeniería ambiental pasar al motor pero es que reconoce que era lo que le apasionaba, él quería «estar en un taller» y lo ha conseguido. Aunque reconoce que «estar en una barra es muy apasionante también», sobre todo porque le gusta «hablar mucho y en una barra se habla muchísimo. Se conoce muchísima gente», pero también resulta más pesado.

Como mecánico encuentra más satisfacciones, entre ellas que llegue una persona y le soluciones una avería que en otro sitio no pudieron o cuando piensan que es «una avería gorda y solo es algo que se ha soltado».