Cuando la 'Gratitud' llega desde Valencia

M.M.G.
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Juanjo y Sole, vecinos de Paiporta, han querido agradecer a María, y a través de ella a todos los abulenses, el trabajo desinteresado realizado por ellos en su pueblo tras la dana. Lo han hecho enviándole una edición numerada del cartel de las Falla

Cuando la ‘Gratitud’ llega desde Valencia

La que hoy les traemos es una historia de ésas que te hacen creer una vez más en la bondad del ser humano. De gratitud de ida y vuelta. De gestos desinteresados por parte de todos sus protagonistas. De entrega con mayúsculas. De cariño en la distancia. De apoyo. Y de reconocimiento.

Su origen se remonta a un día aciago y de sobra conocido por todos: el 29 de octubre de 2024, cuando el agua arrasó Valencia y Castilla La Mancha llevándose por delante la vida de más de 200 personas y las ilusiones y esperanzas de miles de ellas. Afortunadamente, entre el marrón del fango surgió una luz, la de los miles de voluntarios que llegados de todos los rincones del país se pusieron manos a la obra para ayudar y acompañar a quienes más lo necesitaban en esos durísimos momentos.

Uno de esos voluntarios era María. Abulense y con sólo 15 años, ella y sus también jovencísimos compañeros de viaje quisieron arrimar el hombro. Aún había mucho que hacer. Así que, no les faltó tarea.

Cuando la ‘Gratitud’ llega desde ValenciaCuando la ‘Gratitud’ llega desde ValenciaSu destino fue Paiporta donde, cosas de la vida, su familia tiene unos buenos amigos, Juanjo, Sole y su hijo Pablo. Como no podía ser de otra manera, María quiso visitarles y darles en persona el abrazo que sus padres, abuelos y tíos hubieran querido darles en ese momento. Hubo tiempo para la charla. Para ponerse al día. Y para que Juanjo y Sole le contaran cómo les había afectado a ellos la dana: unos días de pesadilla, un trastero inundado, un coche perdido y, lo peor, vecinos y conocidos fallecidos.

Por todo ello, Juanjo y Sole, nos cuentan, siempre estarán eternamente agradecidos a los voluntarios que se movilizaron para sacar a Paiporta y a tantos otros pueblos del horror en el que se vieron envueltos en sólo unas horas.

'Gratitud'. En sus palabras a Diario de Ávila sólo expresan agradecimiento. Un agradecimiento que, además, quisieron materializar enviándole a María un regalo muy especial, y al que llegaron a través de Toni, hermano de Juanjo, y también muy agradecido a los voluntarios: una copia numerada de la ilustración 'Gratitud', de la artista de Xirivella Mayka Sosa y que ha sido este año el cartel de las Fallas de Paiporta.

María no se esperaba para nada un regalo así. De hecho, nos cuenta, cuando sacó el cuadro del paquete y vio lo que era, no pudo contener las lágrimas.A su mente acudieron los cientos de recuerdos acumulados durante su estancia en Paiporta: limpiando garajes (entre ellos, curiosamente, el de la hermana de Sole); cantando villancicos en la parroquia, repartiendo tarjetas navideñas con mensajes de esperanza...

«Me encanta la ilustración, voy a ponerla encima de mi escritorio», sonríe al mostrárnosla. Realizada en blanco y negro, sólo los intensos colores de la senyera que luce la fallera que llora en primer plano rompen esa monocromía elegida por la autora para plasmar los sentimientos que también ella acumuló durante días (semanas) muy duras.

La lámina, nos dice Mayka, se llama 'Gratitud'. «La gente joven para mí ha sido un ejemplo», nos comenta vía telefónica aún, reconoce, «con un nudo en la garganta» cuando recuerda aquellos momentos. «Me quito el sombrero ante ellos», comenta sobre los chicos y chicas que, como María, dedicaron su tiempo a trabajar muy duro en la limpieza de Paiporta y otras localidades.

La lámina, que Mayka ha donado para que el dinero de su venta llegue a las personas afectadas, fue elegida, como decíamos, por el Ayuntamiento de Paiporta para ilustrar el cartel de sus Fallas más tristes. Las lágrimas de la fallera son reflejo de ello. 

Pero afortunadamente, junto a ella y entre tanta destrucción, también se observan, como si de un cuadro de 'Buscando a Wally' se tratara, un montón de escenas para la esperanza: voluntarios con sus mascarillas retirando barro, abrazos a las puertas de una casa, el eucalipto que resistió el envite de la riada en el barranco del Poyo... «Cada una de esas escenas es un relato de mis vivencias», confiesa Mayka, que desde el minuto uno, nos cuenta, también se calzó sus botas de agua para, en la medida de sus posibilidades (tiene algunas limitaciones físicas a causa de un accidente) echar una mano entre tanta desolación. «Algo dentro de mí me decía que tenía que estar ahí», continúa hablando.

Semanas después de aquello, Maika sintió que su cuerpo «necesitaba expresar y vaciar esa mochila de sensaciones». Y comenzó a hacer trazos. Recuerda que lo primero que dibujó fue la fallera. «Con ella quería transmitir el alma de los valencianos», explica esta artista, también profesora de cerámica, que siente que el lienzo se le quedó pequeño para poder plasmar toda la «gratitud» que siente hacia los que ayudaron.

«Ojalá que todas las personas que se han manchado las manos de barro tuvieran un ejemplar. Se lo merecen», asegura Mayka. Y nosotros le confirmamos que uno de ellos, María, ya la tiene en casa.

Ella, María, tampoco para de dar las gracias. A Mayka, por haber sabido plasmar las que también fueron sus vivencias. Y, por supuesto, a Juanjo y a Sole, que regalándole a María el cartel de las Fallas de su pueblo se han convertido en todo un símbolo de la gratitud del pueblo valenciano hacia aquellos que les tendieron la mano en sus días más tristes.