Desabastecimiento y ruralidad, claves en la farmacia de Ávila

B.M
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Ávila cuenta con más de 300 farmacéuticos colegiados, de los que 207 desarrollan su labor profesional en las 129 oficinas de farmacia y 12 botiquines de la provincia

Desabastecimiento y ruralidad, claves en la farmacia de Ávila - Foto: David Castro

beatriz mas / ávila

Desabastecimiento (en este caso no solo en Ávila) y ruralidad, son dos puntos clave que se recordaron en el Día Mundial del Farmacéutico dentro de los actos organizados en Ávila, en concreto con una carpa en la plaza Adolfo Suárez donde se llevaron a cabo diferentes actividades de educación sanitaria e información sobre medicamentos.

Allí estaba Inés Barco, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ávila, en representación de los 306 farmacéutivos colegiados en la provincia, de los que 207 desarrollan su labor profesional en las 129 oficinas de farmacia y 12 botiquines existentes en la provincia. Además, los farmacéuticos ejercen su profesión en otros ámbitos como la farmacia hospitalaria, salud pública, análisis clínicos, distribución farmacéutica, docencia e investigación e industria, entre otras. El perfil del licenciado en farmacia es femenino –en Ávila representan el 71 por ciento de colegiados– y más de la mitad tienen menos de 45 años.

La representante de la farmacia abulense destacó que la situación de la farmacia en la provincia es este año «más estable» después de perder tres oficinas en los últimos años y pasar de 132 a 129. Habló de que se trataba de «farmacias muy pequeñitas, en poblaciones en las que realmente no quedaba ya gente suficiente como para mantenerla y que fuese viable. Entonces, cuando tienen oportunidad de una nueva apertura en un sitio con más población, la gente cierra».

En este sentido, destacó programas como PharmaHelp, «que es una herramienta que tenemos en las oficinas de farmacia» que resulta importante «con la cantidad de problemas que tenemos de suministro últimamente, que hay bastantes problemas de desabastecimiento de medicamentos», de modo que «cada vez tenemos más presentaciones con problemas de suministro» y «hay veces que llegas a una farmacia y necesitas un medicamento y puede que en otra farmacia lo tengas. Entonces, PharmaHelp lo que hace es ayudar a los pacientes a que, en lugar de que estén dando vueltas de farmacia en farmacia, o sea, como un peregrinaje a ver si lo encuentra, es una herramienta informática que está en nuestros programas de gestión y nosotros metemos la presentación que buscamos y si hay alguna farmacia que lo tenga, contesta y dice que lo tiene, por lo cual diriges al paciente directamente a la farmacia, que se lo reserva». Este programa, que es nacional, se empezó a implantar hace un poco menos de dos años, y en Ávila ahora mismo están adheridas 55 farmacias por lo que «poco a poco vamos trabajando» para llegar a las farmacias, especialmente en zonas rurales o «farmacéuticos un poco más mayores» a los que les cueste más el tema de las nuevas tecnologías con la idea de llegar a estar por encima del 90 por ciento de farmacias adheridas.

Sobre el desabastecimiento de medicamentos en sí, dijo que hay «cada vez más. Muchísimos. Hay falta de suministro. Todo el mundo conoce el famoso Ozempic, sobre todo los diabéticos de tipo 2», que saben que encontrarlo es «poco más o menos que misión imposible» y además «actualmente no tiene un sustituto homologable». Esto es importante porque hay medicamentos que tienen falta de suministro pero se puede sustituir, como pasó en su día con la amoxilina pediátrica, pero hay otros, como es el caso del Ozempic, que «no son sustituibles de ninguna manera». 

En el caso concreto de este medicamento, señala que es «una molécula muy nueva» con mucha demanda «a nivel mundial» por lo que cree que «el laboratorio no ha dimensionado bien el impacto que iba a tener, sobre todo en esta famosa molécula que dicen que también sirve para adelgazar, y es verdad. Y la obesidad también es una enfermedad bastante seria y que hasta ahora no tenía ningún tratamiento realmente efectivo».

En el desabastecimiento se unen otros aspectos como «la centralización de fabricación de moléculas en una única fábrica para hacerlos rentables, puesto que los precios de los medicamentos están bajando constantemente, lo que al final conlleva a que sea una única industria la que se dedique a fabricar una determinada molécula. Entonces, si esa industria un día tiene un problema, una inspección, una renovación de maquinaria, un cierre simplemente por mantenimiento, eso genera un desabastecimiento a nivel mundial porque solamente una industria es la que está fabricando un principio activo».

Esta es una parte de la farmacia como también lo es la atención en el día a día del farmacéutico, que «al final es el trato más cercano, sobre todo en los pueblos, con personas que tienen ciertas preocupaciones, con dolencias». A estos farmacéuticos les llegan diferentes consultas, dependiendo de la farmacia y la zona. Ávila, explicó, «es una provincia con muchísima presencia de farmacias rurales, hasta Ávila incluso habría sitios donde casi sería semiurbana» porque «hasta la capital es pequeña». 

«Tenemos muchísima ruralidad» en lugares pequeños y al final el farmacéutico, en este tipo de pueblos, «es el último sanitario que realmente ha quedado. Se han cerrado muchos centros de salud, hay una tremenda falta de médicos en Castilla de León y no hay relevo» con «lo cual tenemos un problema. Entonces, al final, el último sanitario que queda en un pueblo cuando se cierra el centro de salud, es el farmacéutico. Nos consultan todo. Nos consultan problemas con su medicación, nos consultan dudas sobre pequeñas dolencias. Al principio van siempre a la farmacia, hacen una consulta sobre cualquier duda que tengan y nosotros ya lo que hacemos es remitir. Si consideramos que esa consulta precisa la atención de un médico, pues derivamos al médico, al profesional de enfermería o muchas veces la resolvemos nosotros en la oficina de farmacia».