Uno de los incentivos para recurrir a una empresa como Construcciones José Luis y Juan Jesús es que «empezamos una obra y hasta que no acabamos no nos vamos». Así lo explica el propio José Luis Sánchez García, que comenta que llevan con la empresa desde 1995, cuando empezaron su socio y él solos, trabajando de lunes a sábado «todas las horas del mundo hasta que empezamos a cada vez más, más, más y más. Y en el boom de la construcción llegamos a ser siete personas y teníamos dos años de lista de espera».
Comenzaron en este negocio, según fue surgiendo. Empezaron a trabajar haciendo una obra juntos y a partir de ahí fueron hacia arriba, «evolucionando cada vez más». Ellos siguen a tope, nunca han parado.
Para él «lo mejor de trabajar en un pueblo es que no tienes ningún tipo de retención cuando vas a llegar al trabajo, te levantas media hora antes y estás». Y lo peor, no ve nada, porque «es un lujo trabajar aquí», en su caso principalmente en Burgohondo, aunque también asumen algunos compromisos de gente que va a buscarles porque ellos no se promocionan en ningún sitio «porque no nos hace falta». «La gente viene con el boca a boca a buscarnos», insiste.
Su especialidad es «hacer la obra desde el principio al final. Desde que llegamos aquí con la máquina excavadora, que la tenemos, hasta lo último, no siendo las especialidades de fontanería, electricidad y poco más, lo hacemos todo nosotros».
Actualmente son tres personas trabajando y están haciendo una rehabilitación en la zona particular de la Abadía y han estado también con una ampliación en una casa rural.
«Tengo un socio que es un trabajador nato», asegura, pero ahora ya cuidan mucho más los horarios, pensando especialmente en la familia.