El fotógrafo de Lanzahíta Ignacio Ernesto Robles González ha lanzado una iniciativa de crowdfunding para recaudar dinero y poder recuperar su equipo de trabajo que fue robado en Francia.
De camino a Innsbruck, en los Alpes austriacos, su amigo Miguel y él se disponían en la furgoneta recién comprada del primero de ellos desde Lanzahíta a realizar un viaje que supone unas 24 horas de conducción. Tras el cansancio, en Francia tomaron la decisión de realizar una parada, aunque con la intención de parar lo «mínimo». Finalmente, se detuvieron en un área para disponerse a dormir, eso sí, no sin antes comprobar que todas las puertas de la furgoneta estuvieran cerradas, ya que sin todas las puertas cerradas no se puede cerrar la furgoneta. Tras despertarse a las dos horas, su amigo Miguel comenzó a conducir y una hora después, cuando Ignacio se despertó, se dio cuenta de que faltaba su móvil y su cámara, que se encontraban en la parte trasera de la furgoneta.
Según explica Ignacio, no forzaron la puerta de la furgoneta y «pasaron por la cabina, atravesaron el pasillo con la cocina y el baño y entonces llegaron a la cama» para robar los equipos, asegurando que «no sabemos cómo porque estábamos dormidos».
Tras una hora de camino, retrocedieron hasta Valence, la ciudad en la que se encontraban, para poner la denuncia, donde en la comisaría les aseguraron que era una situación que «sucede cada día y que nunca se recupera».
Por otro lado, Ignacio se ha puesto en contacto con Fujifilm España para proporcionarles los números de serie de los equipos robados porque «si los registran por ahí podrían encontrar algo», pero Ignacio asegura que es algo «muy difícil», ya que «seguramente ya no esté ni en Europa».
De esta manera y para poder recuperar su equipo, Robles puso en marcha en la plataforma GoFundMe una campaña de crowdfunding para hacer frente al robo y poder continuar con su afición. «Yo en un principio nunca pensé que la gente me iba a donar tanto dinero», señala Ignacio. En la recaudación, el fotógrafo pide recaudar 5.500 euros, ya que teniendo que comprar uno nuevo sería ese el coste total.
La idea le surgió porque, aunque todavía no se dedica de manera profesional totalmente a la fotografía, pensó que quizá, con todas las fotos que ha realizado, «alguien quería ayudarme para que tenga el equipo de nuevo», ya que se encuentra en «una situación difícil porque es un equipo muy caro». Una iniciativa en la que ya lleva más de 2.200 euros recaudados con cerca de medio centenar de donativos, por lo que Ignacio afirma que se siente «contento».