El fútbol inglés devora al mundo, pero Inglaterra sigue sin fabricar un atacante de época. Los nostálgicos se abrazan al recuerdo de Charlton, Keegan, Greaves, Lineker o Shearer, y los que ahora quieren ver el vaso medio lleno, hablan de Sterling, Rashford o Kane. La mayoría olvida a Rooney. Pero quedaron atrás los tiempos de los 'troncos' que cabeceaban un trozo de hormigón si hacía falta: el nuevo fútbol (y las hornadas de figuras que arrastra consigo) añade nuevos nombres a la nómina casi cada año.
Cada vez que un 'niño' golpea con fuerza la puerta de la élite, los focos se giran hacia el novato. Y lo de Bukayo Saka dejó de ser una broma o una casualidad hace tiempo: cerró la presente temporada con un 'hat-trick' espectacular en el 7-0 que los 'pross' le hicieron a Macedonia del Norte. Todavía tiene 21 años, lleva tres cursos siendo elegido «jugador de la temporada» en el Arsenal (compartiendo césped con Odegaard, Martinelli, Gabriel Jesús y compañía) y lo único que se le desconoce es el techo.
«Cada temporada es un poquito mejor», describía con una sonrisa orgullosa Mikel Arteta, el entrenador que ha ido extrayendo poco a poco una versión asombrosa del muchacho: en la 22/23 ha alcanzado cifras dobles (15 goles y 11 asistencias) por primera vez en su carrera. A finales de marzo, en previsión de la agitación de los mercados, el Arsenal movió ficha y blindó a un jugador cuya progresión parece imparable: en solo cuatro campañas de irrupción y asentamiento, ya es (según Transfermarkt) el inglés más cotizado -su valor es de 120 millones de euros- y el segundo de la competición, solo por detrás de Haaland.
Ahora son todo abrazos y manos en la espalda, pero la vida de Saka no ha sido sencilla. Ni la 'real' ni la deportiva. Desde sus orígenes, hijo de emigrantes nigerianos que se establecieron en Londres huyendo de la guerra, hasta los ataques racistas de la última Eurocopa: salió para lanzar el penalti decisivo en la tanda de la final… y Donarumma se lo paró. Las redes sociales se inundaron de mensajes xenófobos y el chico, aun con 19 años, capeó el temporal a duras penas. Gareth Southgate y Mikel Arteta engancharon de la solapa a un muchacho a punto de derrumbarse y lo encumbraron: 27 de sus 38 goles con el cuadro 'gunner' se han producido 'post-Euro'. Y lo primero que hizo en su regreso a una gran competición (el Mundial de Qatar) fue marcar dos goles: le sobra fútbol y también desborda personalidad.
El número uno
Idólatra de Thierry Henry y Alexis Sánchez, profundamente católico (lee la Biblia todas las noches), Bukayo Saka es ahora la perla inglesa más cotizada en los mercados, por encima incluso de Harry Kane, quien ha ocupado ese 'trono' en los últimos tiempos. Pero no quiere oír 'cantos de sirena'. Es del Arsenal de corazón y quiere quedarse en el norte de Londres. Hace solo un mes, el extremo renovaba su contrato hasta 2027, con un salario cercano a las 300.000 libras semanales (unos 17,5 millones de euros por temporada), lo que le convertirá en el futbolista mejor pagado de la historia de los 'gunners'.
El 'wonderboy' del fútbol inglés probablemente se haya saltado más de 100 pasos intermedios para situarse en lo más alto. Se traía de serie el regate y la potencia, la edad lleva consigo el descaro y la alegría juvenil del disfrute del juego por el juego, pero los técnicos han logrado crear a un extremo diestro -de pierna zurda- que aprende cada día: el pase, el desmarque, el gol… Ya 'es' figura, pero lo 'será' aún más.