Un poco de azúcar para el recuerdo

M.M.G.
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Buñuelos de viento y huesillos de santo endulzan, como marca la tradición, las festividades de Los Santos y los Difuntos. Del obrador de Chuchi Pasteles salen cada año miles de ellos, que a estas horas se consumen en cientos de hogares de Ávila

Desde la elaboración de la masa al relleno de crema, pasando por la fritura, los buñuelos de Chichi Pasteles se elaboran uno a uno de manera artesana. - Foto: David González

La tradición manda. Y el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, habla de endulzar los recuerdos y oraciones con el dulce por excelencia del otoño: los buñuelos. Estos son, junto con los huesillos de santo, el postre o la merienda perfecta para un día lluvioso y de visitas a los cementerios. Así que la visita a pastelerías y obradores está en las 'tareas' pendientes de casi todos los hogares. También de los abulenses. 

Diario de Ávila se ha acercado a Chuchi Pasteles, experto en la elaboración de los buñuelos, un dulce que, en su caso, elaboran a partir de la receta más clásica.

Porque los de Chuchi Pasteles son buñuelos rellenos exclusivamente de crema. Y elaborados a partir de ingredientes de primera calidad. Así nos lo explica Álvaro Galán, continuador de una saga que lleva décadas endulzando los paladares de los abulenses y responsable de la conocida pastelería abulense.

Harina, mantequilla, yema de huevo, limón y leche son algunos de los ingredientes de la masa con la que se forman los buñuelos, que se fríen en una inmensa sartén con más de 40 litros de aceite de oliva. «En cada sartén caben unos 500 buñuelos, y hoy ya llevamos nueve tandas, entre las que cambiamos en aceite varias veces», nos decía este jueves a eso de las once de la mañana Álvaro, para hacernos ver la cantidad de buñuelos que cada 1 y 2 de noviembre salen de su pastelería, en la céntrica calle de San Segundo y en la que en la actualidad trabajan 15 personas.

Miles de buñuelos, pues, repartidos en cientos de casas. Y todos ellos, como decíamos, rellenos de crema pastelera y rebozados posteriormente en dulce azúcar y olorosa canela.

«La verdad es que la gente en Ávila es más de buñuelos que de huesillos, quizá porque en el caso de los huesillos tienen más fácil tomar postres similares el resto del año y los buñuelos sólo se comen ahora», se refería Álvaro al otro dulce de estos días. En este caso, hablamos de unos delicados canutillos de mazapán rellenos de yema de huevo y recubiertos con fondant, que aguardan también a los más golosos a estas horas en las estanterías de Chuchi Pasteles.