Fueron tres horas intensas de llamadas y mensajes entre dos despachos. En esos 180 minutos, la UCO de la Guardia Civil acredita una coordinación entre el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, para filtrar datos del novio de Díaz Ayuso. «Jefe, a tu disposición», escribió Rodríguez en una de sus contestaciones. «Dan ganas de incorporar un poquito de cianuro», reseñó en otra, bromeando sobre la nota de prensa que el Ministerio Público redactó para desviar la atención sobre las filtraciones contra la pareja de la presidenta madrileña.
La Guardia Civil detalla un relato pormenorizado de los mensajes y llamadas que el fiscal general del Estado y otros fiscales implicados en la causa del Tribunal Supremo por presuntas filtraciones de información sensible sobre el novio de Ayuso intercambiaron la noche del 13 de marzo, incluidos requerimientos específicos de Álvaro García Ortiz: «Lo necesitamos para cerrar el círculo», llegó a escribir.
La primera comunicación entre Rodríguez y García Ortiz en relación al caso se produjo a las 21:10 del 13 de marzo. «Llámame cuando puedas», dijo el fiscal general del Estado, que intentó hablar con ella por teléfono sin éxito.
«A partir de ese momento se producen múltiples comunicaciones entre varios de los miembros de los diferentes escalones de la Fiscalía, indica el informe de la Guardia Civil. Y es que, sobre esa misma hora, las 21:07, la fiscal superior de la Comunidad de Madrid (CAM), Almudena Lastra, habló por teléfono con Rodríguez durante casi siete minutos.
En medio de este cruce de llamadas, a las 21:15, Rodríguez envió un whatsapp a un abogado, identificado como José Anguiano, con el que se había estado mensajeando sobre el caso González Amador, para avisarle: «Pues parece que mañana van a contar más mentiras».
Finalmente, fue a las 21:29 cuando un medio nacional publicó la noticia que propició la publicación -al día siguiente- de los correos electrónicos entre la defensa de González Amador y Julián Salto, fiscal que llevaba el caso del novio de Ayuso. El artículo hablaba del «ofrecimiento por parte de la Fiscalía a la pareja de Ayuso de un pacto para que admita dos delitos fiscales mientras judicializa el caso».
Lastra remitió el link de la noticia a Rodríguez y a las 21:34 ésta recibió nuevamente una llamada de García Ortiz que tampoco contestó, aunque se la devolvió de forma inmediata y hablaron varios minutos.
Inmediatamente después, la fiscal jefe provincial se comunicó con Salto en «dos ocasiones consecutivas»: la primera a las 21:39, durante cuatro minutos, y poco después volvieron a hablar durante un minuto. «Se colige que esta llamada tiene como motivación que Salto facilite los correos cruzados con el abogado de González Amador» para que Rodríguez pueda remitírselos a García Ortiz, deduce la UCO.
Tras hablar con Salto, sobre las 21:54 se produjo un intercambio de mensajes entre Rodríguez y García Ortiz para que ésta le mandara los «correos cruzados» entre el fiscal de delitos económicos y el abogado de González Amador.
Salto envió la cadena de emails a la fiscal provincial de Madrid y ella se los remitió al fiscal general a las 21:59 y las 22:01. En concreto, Rodríguez preguntó a García Ortiz a qué cuenta de correo electrónico debía mandar esos correos electrónicos, a lo que el fiscal general respondió con una cuenta personal.
Para la UCO, el email de «mayor interés» para la investigación «es aquel que contiene el correo que remite el abogado de la defensa el 2 de febrero y que se publica, esa misma noche del 13 de marzo, a las 23:51 en la web de la cadena SER».
En el correo en cuestión, el abogado de González Amador presenta a la Fiscalía de Delitos Económicos una «propuesta de conformidad penal en relación con un delito contra la Hacienda Pública».
Los agentes encargados del caso determinan que el correo que contiene la información filtrada -fechado el 2 de febrero- estuvo en manos de García Ortiz desde las 21:59 del 13 de marzo y que fue a las 23:51 cuando la cadena SER se hizo eco del mismo en su edición digital.