La noche del martes, noche de expectación porque este año salía por primera vez esta manifestación religiosa en la noche arevalense, la procesión de las Crucis Vitae.
Para ello se incorporaba la imagen del Cristo del Miserere. La cita a las nueve de la noche en la iglesia de San Juan. Durante toda la tarde la lluvia a veces agua-nieve amenazaba el acto. Y así fue, se anunció la suspensión, aunque las meditaciones, textos, oraciones y cantos se realizaron en la propia iglesia de San Juan ante una el Cristo que había sido instalado en unas andas para portar por cuatro cofrades, un Cristo inclinado alumbrado por faroles. El acto se desarrolló con una audiencia mermada por la lluvia, el viento y el frío reinante.
Fue un acto profundo, con participación de cofrades y de público. Se espera de nuevo con ilusión su salida el próximo año.