Por primera vez en mucho tiempo el Real Ávila pone en juego su liderato. Situación inédita para un equipo que en el último mes y medio ha perdido su ventaja y colchón.
Desde que el equipo de Miguel de la Fuente tomara las riendas de la clasificación en solitario, allá por la jornada 11ª, su ventaja no hizo más que crecer. Su victoria (3-2) con el Atlético Tordesillas y el empate (3-3) de la Leonesa B con el Almazán situó a los encarnados en una posición de privilegio que fue reforzando jornada tras jornada. Hasta ahora. La derrota (3-1) de la pasada jornada ante el Atlético Tordesillas y una dinámica complicada de juego y resultados ha permitido al Salamanca Salamanca UDS colocarse a dos puntos de los encarnados. Una situación 'nueva' para un Real Ávila que hasta el momento no se había enfrentado a la posibilidad de poder perder el liderato. El duelo de este domingo ante el Astorga será crucial. Seguir siendo o dejar de ser. Ante un momento así, «más trabajo, más mentalidad» apunta Miguel de la Fuente, entrenador del Real Ávila, que lanza un mensaje contundente. «Es nuestro momento y lo debemos demostrar. El equipo tiene que hacer, arriesgar... Si el equipo quiere ser campeón, ser campeón significa ser el mejor de la categoría y ser el mejor es demostrarlo en una temporada en la que se trata de ser regular».
Ante una situación así,Miguel de la Fuente ve preparados a los suyos. «Veo al equipo con la capacidad de salir adelante. He visto carácter en los jugadores» remarca el técnico vallisoletano, que esta semana 'preguntaba' al vestuario «si hacía falta que se apretara tanto la cosa para volver a ver ese carácter ganador. Muchas veces hace falta un golpe de estos para salir otra vez reforzados.El equipo está unido. Cuando el objetivo peligra, todos se han juntado» confiesa el técnico encarnado en un momento en el que el foco de atención está más en el Real Ávila que en el Astorga, porque «esto lo vamos a sacar adelante por nosotros mismos, sin mirar atrás.No vamos a necesitar que los demás hagan otras cosas».Mensaje ganador desde las tripas del Adolfo Suárez. Aunque luego haya que plasmarlo sobre el césped, el Real Ávila quiere tener la iniciativa, demostrar que es el que manda en este Grupo VIII de Tercera y quiere seguir mandando. Que se vea quién es el líder.
Hablarán muchos de presión para este domingo pero «la presión para ganar es una presión bonita.Cuando sientes esa presión es que estás en el sitio» y en el sitio está el Real Ávila, en lo más alto, en la pelea por el objetivo en el momento clave de la temporada. «Bendita presión estar a seis partidos del final, con dos puntos sobre el segundo clasificado para ganar una liga» deja muy claro Miguel de la Fuente ante un momento en el que el trabajo anímico dentro del vestuario está siendo clave. «Esa presión por ganar, de vernos perseguidos por detrás es buena» entiende el vallisoletano para espolear a los suyos a la hora de competir cada duelo, ganar territorio, el que se vea que «esto es nuestro y no nos lo van a quitar. Ahora debemos tener una motivación altísima. Quiero ver a cada uno de mis jugadores con la dosis justa tanto de concentración como de motivación, de intensidad, demostrando que queremos de verdad».
Las área, problema y solución
Nunca ha sido este Real Ávila un equipo goleador. «No nos hemos caracterizado por tener mucho gol» reconoce y siempre ha reconocido Miguel de la Fuente. Hasta la jornada 20ª, aquella en la que el equipo encarnado gozó de la mayor ventaja sobre sus rivales, el Real Ávila promediaba 1,5 goles a favor por partido. Hasta 10 partidos los ganó por 1-0 y 0-1, el famoso 'unocerismo' que decía Miguel de la Fuente. Funcionaba a la perfección porque los cimientos del equipo no estaban en el área ajena sino en su propio área. La propuesta siempre fue clara. Si la portería propia se mantenía a cero, el equipo siempre tendría la ocasión de perforar la portería rival. Era un mecanismo que funcionaba desde atrás. Hasta ese momento eran 5 goles en contra, 0,25 por partido. Pero ese escenario ha cambiado. En este bajón del equipo se ha mirado mucho a la falta de gol. En los últimos 8 partidos el equipo ha marcado 6 goles. Hasta en 4 partidos –los tres últimos en casa– se ha quedado sin marcar y el promedio ha bajado a los 0,75. Pero lo que más ha acusado el equipo es el gol ajeno. En seis partidos, 10 goles encajados. De los 0,25 a los 1,25 en contra. Ya no es el equipo menos goleado del grupo, vitola que, como la de los goles a favor –50– ahora luce el Salamanca UDS, con 13 en contra frente a los 15 de los encarnados. El Real Ávila debe recuperar la esencia, su principio más básico, su dominio en las áreas, la propia y la ajena.